Con motivo del 50º aniversario luctuoso de Pedro Rodríguez, CARLOS JALIFE, Biógrafo Oficial de los Hermanos Rodríguez, enlista los mejores triunfos del legendario piloto mexicano en su trayectoria.
#8 – 500 Kilómetros de la Ciudad de México – Volvo PV544 . 20 de diciembre de 1959
En México se había programado la inauguración del autódromo de la Magdalena Mixhuca para el 20 de diciembre de 1959 con una carrera para autos turismo en distintas clases, los 500 Kilómetros de la Ciudad de México.
Se esperaba la participación de los Solana y los Rodríguez como atractivo principal aunque también correrían los mejores pilotos mexicanos del momento. No era para autos Sport y los hermanos no habían decidido qué autos correr, aunque tenían ofertas de FIAT, Opel y otras marcas. Los Solana prepararon dos Alfa Romeo TI para que los corrieran el “Viejo’ y su hijo Moisés, pero Ricardo, lo convenció de que le vendiera uno de los autos y le pagó hasta el premio del primer sitio.
Cuando se corrió la voz, hubo dos pilotos molestos: Moisés no estuvo de acuerdo, pues le iba a tocar lidiar con los dos Rodríguez sin ayuda paterna; Pedro decía que era un ejemplo más del favoritismo hacia Ricardo, pues no había otro Alfa para él.
Molesto, aceptó la oferta de Volvo de un PV544 de competencia, similar al de Sebring y que le hizo Mario Padilla, el distribuidor de la firma sueca en México, y se puso a prepararlo en cuerpo y alma. La urgencia de tenerlo un mes antes de la carrera inaugural era que los hermanos se iban a correr a Nassau y luego iban a ver el GP de Estados Unidos a Sebring, por lo que tenían que dejar todo listo. Además, para Pedro era hora de dejar sentado que Ricardo no era único, ni siquiera en la familia.
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Tras Nassau y Sebring, los Rodríguez regresan a México, donde muchos periodistas dan como favoritos a Ricardo y Moisés, señalando que Pedro probablemente podría encabezar al resto de los competidores, lo que pone furioso a Pedro. Ricardo tiene la certeza de vencer a Moisés en autos iguales y Moisés estaba completamente cierto de lo contrario. Ambos creían que Pedro iba a ser el tercero y Pedro decide hablar en la pista
El autódromo estaba situado en las inmediaciones del aeropuerto, al oriente de la ciudad y es inaugurado en las prácticas del viernes 18 de diciembre, aunque el presidente López Mateos lo hará oficialmente el domingo antes de la carrera. Los pilotos estaban encantados con el trazo, inspirado parcialmente en Monza, y aprovecharon desde el primer minuto de las prácticas para conocerla.
En los entrenamientos Pedro sorprendió mucho con la figura de su auto, muy redondo de carrocería cuando todos los autos solían seguir la tendencia a las líneas rectas, y más con la velocidad del mismo, pues logró los mejores tiempos en las prácticas libres.
Al día siguiente, Pedro repitió el número en las prácticas clasificatorias de la carrera y obtuvo la posición de honor para la primera carrera a efectuarse en el autódromo que, hoy en día lleva el nombre de los Rodríguez, lo cual fue celebrado por la gente de Volvo, mientras los italianos de Alfa, empezaban a entender que tenían un problema después de haber dicho que iban a arrasar con sus autos en manos de Ricardo y Moisés.
El domingo en la mañana el presidente fue temprano a conocer la pista y se dio unas vueltas con los Rodríguez antes de que empezaran las ceremonias y eventos relativos a la inauguración ante unos 70,000 asistentes que abarrotaron todos los espacios disponibles del autódromo.
López Mateos había mandado construir una cabaña privada para su uso personal en la Ese del Lago, que por eso se le conocía como ‘Curva Presidencial’. Ahí se retiró antes del comienzo para disfrutar la carrera junto a los espectadores.
Los favoritos seguían siendo los Alfa, pese a la demostración de Pedro, y eso hizo que estuviera más determinado que nunca a ganar. Pedro encabezó los autos desde que salieron a la pista, hizo una arrancada muy buena y pronto la carrera se convirtió en un duelo entre el Volvo, en primer sitio, contra los Alfa de Moisés y Ricardo, que se alternaban el segundo lugar, pero no hacían mella en el puntero.
Los kilómetros transcurrían y pronto se acercó la hora de entrar a recargar, la única entrada a fosos programada en los 100 giros al circuito de 5 kilómetros. Los tres autos pararon casi al mismo tiempo y salieron a proseguir su batalla, pero pronto fue evidente que a Pedro no lo iban a alcanzar ese día pues manejaba con una perfección que nadie le conocía y se fue alejando de los esfuerzos de sus rivales con cierta facilidad.
Le ayudó que Ricardo mantuvo su duelo hasta el final con Moisés, a veces adelante y a veces rebasado por su rival, lo cual impedía que ambos se pudieran concentrar en reducir la ventaja de Pedro. Ya al final de las 100 vueltas Ricardo sufrió una pinchadura lenta que lo hizo bajar el ritmo y lo obligó a terminar tercero atrás de su hermano y Moisés.
Don Pedro estaba contento pues, finalmente, Pedro había demostrado su valía frente a todo lo que se decía de Ricardo y su superioridad, Cuando Pedro llegó a los fosos el primero en esperarlo fue su padre. Pedro se fundió en un abrazo con él y le repetía: “Te lo dije, te lo dije, les gané”. Ricardo estaba tranquilo, Moisés también y los tres compartieron el podio y unas coronas de laureles, en la celebración.
Ese día Pedro convirtió a más de uno con su demostración de manejo, además de ser el primer piloto en ganar en la pista más importante de México, algo que nadie le podía quitar… jamás.