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Por Víctor Ortiz

Lexus fue una de las armadoras que acaparó los titulares en la edición reciente del Autoshow de Detroit, con la presentación del LC500 coupé, un dos puertas de proporciones dramáticas que pretende posicionarse como el estandarte nuevo de la división premium de Toyota. El LC500 presentado ya es la versión de producción, y está basado en el concepto LF-LC que fuera lanzado también en el NAIAS de Detroit, en 2012. Las formas generales de ese concepto, además de ciertos principios tecnológicos han sido adoptados en el modelo nuevo.
El director general de la marca, Akio Toyoda, confesó que cuando se presentó el concepto hace cuatro años, no había planes de llevarlo a producción, y fue más bien una estrategia del entonces director novel para acallar las críticas sobre lo predecible y aburrida que se estaba volviendo la marca. Sin embargo la respuesta de la prensa y el público hacia el LF-LC fue tan positiva que Toyoda instruyó a su equipo de ingenieros para que siguieran con el proyecto rumbo a la producción en serie sin hacerle cambios grandes.
El exterior está inspirado claramente en el concepto. Mezcla el lenguaje de diseño de otros Lexus –como la parrilla prominente y los faros angulares– con paneles de trazo suave y la caída progresiva del cristal trasero. Por dentro, el LC500 incorpora una pantalla con un sistema de “infotenimiento” de generación nueva, en el que destaca un tacómetro enorme ubicado al centro. Evidentemente los acabados y materiales son impecables, los esperados en un auto de estas características.
El corazón encargado de dar vida al coupé es un V8 naturalmente aspirado –poco común estos días– de 5.0 litros de desplazamiento, que también impulsa a otros Lexus como el RC F y el GS F. Produce 467 caballos a 7,100 rpm y un torque de 389 libras/pie a 4,800 vueltas, enviados a las ruedas traseras vía una transmisión nueva de 10 velocidades que, de acuerdo con Lexus, es tan rápida como una de doble embrague. Adicionalmente, Lexus asegura que a pesar de tener tantos engranajes, es más compacta y ligera que otras de ocho cambios. Las cifras oficiales del LC500 lo dejan en menos de 4.5 segundos de 0 a 100 kph. Hay un resonador en el motor para incrementar el sonido y engrosar el tono a pesar de la cilindrada grande, y los escapes tienen mariposas de apertura variable para alterar el tono y volumen al gusto del conductor.
El LC es el primer auto que se construye sobre la plataforma nueva de tracción trasera de Lexus, parte de una arquitectura corporativa global nueva para autos de lujo (GA-L). Emplea acero de resistencia ultra alta, plástico reforzado con fibra de carbono, y aluminio en algunos componentes de la suspensión, para bajar el peso y aumentar la rigidez estructural; de hecho, se prometen valores superiores que los medidos en el LFA. Se ofrece de forma opcional un techo de fibra de carbono en lugar del de cristal que viene de serie.

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Por su parte, la suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes enfatiza su enfoque hacia el manejo preciso, de clara orientación deportiva. Las llantas Michelin Pilot Super Sport de 20 pulgadas tienen una sección de 245 mm al frente, y 275 en el tren trasero, lo que debe darle una dosis buena de adherencia. Finalmente, la distribución de peso es casi la ideal: 52% postrado sobre el eje anterior, y 48% en el posterior.
A pesar de este enfoque velocista, Lexus asegura que el LC500 combina capacidades dinámicas buenas, con una calidad de marcha cómoda. Esto sugiere que el coupé no será un cohete diseñado exprofeso para rodar en pista ni para competir con deportivos de cepa pura como el Porsche 911, sino más bien para entregar un desempeño tipo Gran Turismo. Toyoda dice que se ha puesto énfasis en que el LC500 ofrezca una experiencia de manejo muy satisfactoria, marcados con detalles como que los ingenieros le dedicaron tres veces más tiempo a la puesta a punto de la dirección que a cualquier otro modelo de la marca. Aún no se confirman precios, versiones ni fecha de lanzamiento, pero estará disponible en 2016. Junto al RC F y GS F, la marca espera que el LC500 le ayude para reforzar su imagen como una armadora de mayor desempeño dinámico, una tarea sumamente compleja pero que parece ir por el camino correcto.

¿Es el comienzo de una era “deportiva” en Lexus?

Los discursos de lanzamiento de los directivos en un Salón son los mismos generalmente: que si el auto es el mejor en su clase en esto, o el más emocionante en aquello… Sin embargo Akio Toyoda, director general de Toyota y Lexus, fue la excepción al presentar el LC500 en Detroit. Toyoda, un entusiasta real, recordó cuando se reunió con periodistas en el Concurso de Pebble Beach en 2011. “Ellos hicieron comentarios muy buenos acerca de Lexus…” dijo Toyoda y añadió, de su cosecha, que “Lexus hace autos muy buenos, pero la verdad son aburridos de manejar. Lexus necesita definir bien su marca, se encuentra en una encrucijada”.

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Toyoda dijo que eran “opiniones fuertes que tomaba muy en serio”. Tanto, que tomó las riendas de la división de lujo de Toyota, se responsabilizó enteramente por ella y la constituyó como una empresa “independiente”, con su propio lenguaje de diseño, ingeniería y presupuestos de mercadotecnia. La primera muestra de lo que deseaba hacer con la marca llegó de la mano del LF-LC conceptual. Toyoda dijo que lo había creado sin la intención de producirlo, “pero las reacciones y comentarios positivos de la prensa y los clientes de la marca me hicieron cambiar de opinión. Escuchamos con atención y lo hicimos una realidad”. Toyoda habló del conflicto que existe generalmente entre los equipos de diseño e ingeniería, pero dijo que en este caso no hubo tal porque “queríamos hacer el auto tan parecido al concepto como fuera posible, creando el Lexus más efectivo dinámicamente aparte del LFA. Cuatro años después puedo decir que tenemos un nuevo Lexus más agresivo.”