Por Stuart Codling
Si quieres estar en la mesa de los campeones tienes que demostrar que lo mereces, cada carrera, sin excepciones. F1 Racing investiga los planes de McLaren para convertir a Sergio Pérez en una incansable máquina de ganar.
Tres podios. Vuelta Rápida en Montecarlo. Un botín 2012 que complacería a muchos pilotos de media parrilla, pero que no fue suficiente para proteger a Sergio “Checo” Pérez de pequeños ataques durante el invierno tras su muy notoria firma con McLaren.
La percepción general en el paddock de F1 es que en su día –ayudado la temporada pasada por un auto lo suficientemente solidario con sus llantas para permitirle a Sauber arriesgar en grande en su estrategia– Pérez fue lo suficientemente veloz para poder ganar un Gran Premio, pero todavía no estaba listo, y definitivamente no era lo bastante consistente para hacer el trabajo cada vez. Como tantas otras perlas de sabiduría, esta verdad grupal está lista para desmenuzarse. Sam Michael, quién como director deportivo de McLaren es también el encargado de sacar lo mejor del joven Pérez, va directo al grano: “Es muy fácil decir lo que uno quiera, desde afuera, pero una vez que tomas a alguien y trabajas con ellos, las cosas siempre cambian. Checo no es la excepción. Hay áreas en las que debía mejorar y las trabajó mucho durante el invierno, pero no son áreas en que la gente de fuera creería que necesitaba mejorar”.
Michael se rehúsa a decir algo específico –protege la “ventaja competitiva” de McLaren– pero nos explica la filosofía detrás de lo que Ron Dennis sin duda llamaría su ‘Programa de Optimización de Pilotos’: “En este negocio, todo se trata de eliminar variables. No importa si es con los ingenieros, los mismos pilotos, o incluso lo deportivo. La preparación se trata de poder decir: ‘Hice todo lo que pude en esa área.’ Si después tienes problemas o debes lidiar con algo inesperado, no tienes que dudar. Puedes decir que esa persona se ha preparado correctamente. Lo que hemos hecho con Checo es ponerlo en forma, asegurarnos que se encuentre al nivel que lo necesitamos –y definitivamente ya lo tiene, lo cual es impresionante para un periodo tan corto de tiempo– y después lograr que se acostumbre a nuestro estilo de trabajo. Eso significa todo, desde los ingenieros, cómo probamos en el circuito, cómo damos retroalimentación y demás”.
No debería sorprender a nadie que McLaren sea una organización muy disciplinada y guiada por procesos. Pero no todos los pilotos talentosos que han pasado por sus puertas han prosperado: Juan Pablo Montoya, por ejemplo, era el clásico piloto con agallas, cuyo talento natural excedía su motivación a sentarse y trabajar cosas como la aplicación mental, forma y, justamente, el proceso. ¿Podrían esas acusaciones ser aplicadas con justeza al nuevo hombre de McLaren? ¿Qué no falló Pérez en marcar puntos en 2012 tras firmar para McLaren? En muchas fotos, ¿no parece su expresión transformarse en una mueca? ¿Y qué no siempre ha sido mucho menos flaco que sus pares?
A principios del año, sin embargo, McLaren sacó la versión Sergio 2.0. Recortada, pero no escuálida, decidido a admitir públicamente que tiene un trabajo arduo frente a él y con un aparente entusiasmo por ponerse a trabajar en ello. Pero el cambio más significativo es que parece feliz de estar ahí, incluso sonriendo ampliamente en momentos sin cámaras.
“Fue un día muy especial para ir (al Centro Tecnológico de McLaren),” dice, “visitar al equipo como piloto, vistiendo sus colores. Es un día que no olvidaré. Para mí, esta es una gran oportunidad y como piloto siempre estás buscando estos objetivos. Realmente quiero lograr lo máximo que pueda aquí”.
La consistencia es otro tema: “No es nada fácil. Es difícil mantener tu nivel al máximo durante toda la campaña y cada carrera. Aquí la motivación es todavía mayor porque cuando peleas por el título, para que estés ganando carreras cada fin de semana tu nivel debe estar al máximo en cada una”.
Para regresar a un tema amado por el tricampeón Jackie Stewart, uno de los pilares de la estrategia de McLaren es el desarrollar la habilidad de manejo mental: un proceso que purga la mente de pensamientos innecesarios y se lleva armoniosamente con la mejora física, porque la fatiga es el mayor enemigo de la concentración. En McLaren, su Programa de Alto Rendimiento Humano es llevado por Clayton Green, quien era uno de los entrenadores de Lewis Hamilton. Green usa una combinación de metodologías tomadas de deportes olímpicos con un rigor de medición propio de la experiencia de McLaren para monitorear y procesar los datos de rendimiento de sus autos en la pista.
“Se ha mantenido en contacto con el equipo de Alto Rendimiento Humano prácticamente cada día,” dice Michael sobre Pérez. “Ellos planearon un programa para él y lo ha seguido religiosamente; ellos, por supuesto, le toman medidas regularmente y marcan su progreso. Pueden monitorear todo tipo de parámetros distintos y él tiene un entrenador, Antti Vierula, que lo presiona todo el tiempo.” Así que no hay dónde esconderse. “El manejo mental trata sobre enfocarse, eliminar otras variables que puedan afectar tu rendimiento el día de la carrera,” continúa Michael. “Si tu mente está llena de cosas que no sean relevantes a lo que sucede entonces se reduce tu desempeño, porque estás usando parte del ancho de banda de tu cerebro. Reduce tu habilidad para manejar a alta velocidad o ponerlo a punto correctamente. El manejo mental no es particularmente difícil, pero es una parte esencial de la preparación que lleva un piloto en la F1 y nos enfocamos duro en ello. La presión puede venir de tantos lugares distintos: desde si diste una mala entrevista o alguien escribió algo malo sobre ti en la prensa, o si sientes que defraudaste al equipo, ya sea porque te enfermaste o no entrenaste como debías o hiciste una mala puesta a punto, por ejemplo. Pero si te preparaste, entonces no tienes que lidiar con problemas o dificultades el fin de semana de carrera del mismo modo que en las pruebas o entrenamientos. En el fin de semana de carrera estás como en entrenamiento militar. Es como en atletismo o cualquier otro deporte de alto nivel. Si hiciste un error no lo vas a corregir, desde un punto de vista mental, durante el fin de semana”.
Como dijo Martin Whitmarsh a F1 Racing a fines de 2012: “Cuando eres piloto de McLaren, si no estás en las primeras dos líneas, hay una investigación endemoniada. Es un nivel de presión completamente distinto”. Sergio se adhiere a esa metodología. “Mis expectativas son muy grandes, y estoy seguro que las del equipo acerca de mí, también. Ambos tenemos el mismo objetivo –ganar el campeonato, ganar carreras– y esa es la razón por la que me les uní. Yo creo que en ese aspecto tendré que dar lo mejor de mí en cada carrera, ser consistente, ser capaz de sacarle lo máximo al auto, llevarlo con puntos a casa. Nunca pensé que McLaren tendría un lugar para mí, aún cuando es el tipo de equipo para el que quería conducir. Luego, al final del año pasado todo se conjuntó para que yo pudiera estar aquí. Es el mejor lugar para estar. Pienso que el equipo puede darme todo lo que siempre he querido”.
La expectación y presión son fuerzas externas que Pérez debe manejar mentalmente una vez que se siente en la cabina. Pero no todas esas expectativas vienen de los medios o sus legiones de fans en México. Los que hoy le pagan ahora claramente tienen metas, siendo la principal añadir metal al gabinete de trofeos, pues no han ganado el campeonato de constructores desde 1988. ¿Seguramente –sin presión, claro– debe haber al menos una libreta de ruta sobre sus expectativas sobre su nuevo número uno conjunto?
“Eso es algo que discutimos con Sergio cuando nos sentamos por primera vez a hablar, incluso antes que fuera piloto contratado de McLaren”, dice Michael. “Él sabe exactamente qué esperamos de él y lo que debe hacer para alcanzarlo. Haremos todo lo posible por ayudarle a llegar a esas metas. Esos objetivos no son solamente números, debes acabar en la posición ‘x’ y esas cosas. Algunos de los indicadores de desempeño que colocamos no son necesariamente físicos, son bastante subjetivos y difíciles de medir, pero tratamos de hacerlo de todos modos porque si no, no tienes muchas posibilidades de mejorar”.
A lo que se refiere es a esos elementos esenciales, pero intangibles, que uno no ve cuando mira las carreras en televisión: la interacción humana que vuelven al garaje un espacio de trabajo efectivo. Sergio deberá adaptarse al espacio que dejó Lewis Hamilton –heredó a Vierula y el ingeniero de carrera Mark Temple – y uno espera que no se vea tentado a seguir el ejemplo de Hamilton e introduzca un elemento potencialmente distractor como un séquito de celebridades. Eso parece poco probable, ya que frecuentemente viaja solo y en las carreras su círculo íntimo consiste de su familia cercana y su manager, Adrián Fernández. “No necesito a nadie que cargue mi equipaje,” dice Pérez. “A veces estaré solo y eso no es problema”. Legado, sin duda, de haber dejado México a los 14 años para ir a probar suerte a Europa.
Puede ser bastante independiente, pero el “Camino McLaren” le seguirá costando algo de aclimatación. “Hay muchas cosas que hacemos de forma distinta y eso es algo a lo que Checo ha debido acostumbrarse”, dice Michael. “Ha encajado con el equipo de manera realmente rápida y tiene un gran carácter. Su sentido del humor es bueno y posee un lado humano, se comunica bien con la gente. Pero al mismo tiempo es muy competitivo. Ultimadamente, lo que le pides a un piloto que haga es bastante excepcional. Tiene que confiar completamente en todos a su alrededor”.
Durante las pruebas, Sergio se acostumbró al McLaren MP4-28 bastante rápido y no hubo dudas sobre su paso. Pero como Sam Michael menciona, las carreras serán la mayor prueba sobre si tiene las señas de un piloto exitoso de McLaren. “Queremos que Checo tenga una larga carrera en McLaren… pero debemos ver qué pasa en una temporada completa de grandes premios”.
Que Sergio haya tomado la oportunidad ofrecida y se haya aplicado rigurosamente al curso preparatorio que McLaren prescribió no está en duda, pero, como cualquier otro piloto, o atleta si a eso vamos, cuando empiece la carrera… estará solo.