EL CAMPEÓN PÓSTUMO
Entre 33 campeones mundiales el único que, como el Cid Campeador, obtuvo el título después de su muerte en pista fue Jochen Rindt, cuya historia relata nuestro HISTORIADOR EN JEFE.
Jochen Rindt nació en Alemania en plena II Guerra Mundial
y sus padres murieron en los bombardeos aliados, por lo que él se crió en Austria con sus abuelos maternos. Heredero de una comercializadora de especias, siempre tuvo dinero suficiente y aprendió a manejar en Inglaterra en 1959 durante un viaje para aprender inglés. Al regreso manejó en las calles austriacas sin licencia, se rompió una pierna esquiando y finalmente empezó a practicar el deporte motor al salir de la preparatoria en 1960 luego de haber ido al GP de Alemania con amigos de la escuela, entre ellos Helmut Marko (otro F1 y actual director del programa de talentos de RBR).
A pesar de que sus primeros intentos fueron muy erráticos, incluso fue descalificado por manejo peligroso, destacó pronto por sus reflejos y un par de años después estaba en Fórmula Junior y F2, donde empezó a ser notorio por su estilo arriesgado y rápido. Con dinero y talento batió a Graham Gill en Crystal Park en 1964 (una fecha de F2) y la gente empezó a hablar de él; el debut en F1 no podía estar lejos.
Jochen Rindt participó en el primer GP austriaco de 1964 en el aeródromo de Zeltweg sobre un Brabham privado del equipo Rob Walker Racing, pero se retiró en el giro 58 con la dirección rota.
Para 1965 el equipo Cooper le ofreció una prueba en el GP Sudafricano y lo contrató para todo el año tras calificar décimo; era el piloto número 2 de Bruce McLaren
y sacó cuatro puntos.
Su momento destacado vino en las 24 Horas de Le Mans donde ganó para el NART haciendo pareja con Masten Gregory sobre un Ferrari 250LM.
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