El inglés bate a sus coequiperos en el último año del equipo oficial de Chevrolet.
La temporada 2012 fue una más de brillo y dominio para los Chevy Cruze del equipo oficial, cuyos pilotos Alain Menú (suizo), Yvan Muller (francés) y Rob Huff (inglés) ganaron 20 de las 24 carreras programadas en las 12 fechas dobles del campeonato mundial de turismos.
Sin embargo, como parece ser la constante en muchas series este año, la regularidad se impuso y Huff, con cinco triunfos, contra seis del helvético y nueve del galo, se coronó por su mayor regularidad a lo largo del año, pues no cometió errores y tomó lo que podía alcanzar, sin excesos, lo cual lo llevó al ansiado título.
Huff se quejó que sus triunfos en la Carrera 1, que se arranca según los tiempos de calificación a diferencia de la Carrera 2, en que hay parrilla invertida para los 10 primeros que marcaron puntos en la inicial.
El tricampeón Muller había dominado desde el inicio la campaña, pero un error en la segunda carrera en Sears Point, California –cuando rebasó al BMW del líder quitándolo con un empujón que los comisarios penalizaron– le costó no puntuar y enfrentar las tres fechas finales empatado en puntos con Huff, quien ganó esa carrera.
En Japón Muller perdió terreno y en China tuvo a bien chocar con Menú, no obtener puntos y virtualmente regaló el título, lo cual quedó confirmado en el cierre en Macao, donde Huff se fue en blanco en la Carrera 1 pero el segundo sitio en la final fue suficiente para darle la corona con 12 tantos de diferencia sobre Menú.
Aparte de los Cruze, ganaron carreras el BMW 320i de Stefano D’Aste –en Austria y Japón–, quien fue campeón de los volantes privados o independientes, el SEAT León de Gabriele Tarquini –en Eslovaquia– y el BMW del húngaro Nortbert Michelisz, en casa.
Corrió también un equipo privado de Ford, sin grandes resultados, pero lo más destacado fue que Honda decidió regresar al campeonato y mandó su nuevo Civic a fin del año para probarlo con miras a 2013, cuando los Chevy oficiales ya no estarán presentes, probablemente aburridos de su dominio.