Ya está disponible en México la décima generación de uno de los sedanes compactos más apreciados del mercado. El Civic nuevo no solo mantiene esa lista de atributos que le han permitido ganar popularidad, como un manejo ágil y preciso, una confiablidad mecánica superior a la media, y un costo de manteamiento bajo, sino que a ellos le suma un trabajo en diseño muy venturoso rara vez visto en marcas conservadoras, como Honda.
Parece un Accord Crosstour pero de una figura mejor conseguida y proporcionada, con una cintura muy baja –casi de coupé deportivo- pero un interior bien aprovechado, con espacio suficiente para cinco adultos. Si bien el frente es agresivo, su detalle más característico es la caída tan progresiva del medallón, sugiriendo que quizá la cajuela pudiera abrirse junto al cristal, aunque al final eso no ocurre. Por su parte, las calaveras –que ahora corren de lado a lado del coche- nos recuerdan un poco a lo que hace Volvo con sus modelos.
El interior en la versión más completa –Turbo Plus- está compuesto por asientos de piel, mandos eléctricos para todo, una pantalla central enorme desde la que se controla audio, clima y otros parámetros del coche; relojes digitales, quemacocos, monitor de cambio involuntario de carril, cámara de reversa, navegador GPS, climatizador automático, rines de 17”, luces de niebla, entre otros. A diferencia del Civic anterior, ahora se dispone de una posición de manejo más cómoda y adecuada; aumenta, por ejemplo, la distancia que queda entre la cabeza del conductor y el toldo, pues antes rozabas con el techo casi invariablemente.
Hay espacio suficiente para piernas en ambas filas, y aunque pudiera pensarse lo contrario, no es tan complicado subirse o bajarse del coche, a pesar de las formas. Lo mejorable aquí es la piel que recubre los asientos, pues resulta muy resbaladiza para nuestro gusto; teníamos que reacomodarnos a cada rato. En cuanto a la calidad general percibida no hay quejas. Se aprecia sólido, son muy pocos ruidos parásitos, y las superficies expuestas al tacto están cubiertas todas por plásticos suaves.
En marcha resulta silencioso, y con una puesta a punto de la suspensión orientada claramente hacia el confort; seguramente los “Si” que lleguen más adelante –y ni hablar del Type R- serán mucho más firmes. Ahora el motor encargado de dar vida es un 1.5 litros con turbo e inyección directa, que entrega 174 caballos que se notan más que suficientes para mover al Civic con bastante soltura, especialmente si utilizamos la caja en modo deportivo, o “Sport”.
Si bien se trata de una transmisión CVT, los ingenieros de la marca ha realizado un buen maridaje con el motor, y han reducido esa sensación como de patinamiento tan característica de ese tipo de cajas. En modo “Sport” y con el acelerador a fondo, el Civic 1.5T es capaz de superar los 100 kph en menos de 9 segundos, que parecen más debido a la insonorización de la cabina, lo blando de la suspensión y la desmultiplicación de la dirección; aun con todo esto, es uno de los sedanes compactos de mejor desempeño dinámico. Los frenos están a la altura del conjunto, y aun después de varias frenadas exigentes, las distancias se mantienen constantes y el pedal no pierde firmeza. Finalmente, el consumo de combustible de mantiene dentro de lo esperado para un motor de su tipo, con medias de casi 20 km/litro sin exigencias en el pedal, o de 12 km/litro si somos algo más “alegres” con el acelerador.
Está disponible en varias versiones, desde 292 mil pesos con motor 2.0 litros, 158 caballos y caja manual (EX), hasta este Turbo Plus CVT de 375 mil pesos.