Con el boom imparable de las camionetas familiares a nivel mundial, muchas marcas han optado por ir eliminando modelos de sus gamas y han ido incorporando más y más modelos de SUVs en todas las formas y tallas posibles. Y sí, el primer tipo de auto que ha comenzado a desaparecer es el sedán.
Ejemplos hay muchos, como los extintos Dodge Dart y Chrysler 200, o el nuevo Jetta que ya no se venderá en Europa, o el Ford Fusion que vive sus últimos días. Todos ellos han sido -o serán- relevados por vehículos utilitarios deportivos. Con este escenario un tanto perturbador, es plausible que otras marcas sigan apostando al segmento y, como en el caso de Honda, no sólo renuevan al Accord sino que además lo dotan de una figura y componentes que le permiten posicionarse como uno de los mejores sedanes del mercado.
Es muy atractivo visualmente, con un trabajo de diseño muy elaborado que busca alejarse de todo convencionalismo -como la generación anterior-, y apuesta ahora a tener un aspecto tipo “liftback”, tan de moda en modelos como el KIA Stinger, Audi A5 Sportback, A7, entre otros. Vamos, que el parecido es innegable.
El Honda vive su décima generación, lo que quiere decir que no sólo cambia el aspecto sino también las entrañas. El chasis es nuevo -proveniente del Civic pero algo más sofisticado-, y se dejan de lado los motores anteriores. Ahora sólo hay turbos de cuatro cilindros, con 1.5 o 2.0 litros, siendo el primero el que monta el Accord Sport de nuestra prueba. Sí, es el mismo que llevan Civic y CR-V, y la caja CVT también, por lo que quien tenga uno de éstos puede tener una idea de cómo va el nuevo Accord, aunque no exactamente. Me explico: en esencia es lo mismo, pero los ingenieros nipones se las arreglaron para que la sensación en el Accord sea más refinada y placentera.
Es ultra suave, silencioso, rápido y deja un sabor de boca muy agradable. No es un deportivo para echar arrancones pero basta y sobra para ciudad y autopista. Tiene una calidad de marcha excelente y más parecida a la de un sedán europeo premium que a la del clásico sedán yanqui. Se nota ágil, ligero, preciso, como recordamos a los mejores Honda que han marchado en sus filas.
Si bien comenzando a rodar se nota cierto retraso en la entrega de potencia -el turbolag es inevitable-, entrando a las 2,000 rpm el motor despierta y sus 188 caballos empujan sin vacilar hasta más allá de las 6,000 vueltas, sin baches en la curva de potencia y con un aplomo que pareciera provenir de un motor más grande y/o musculoso. El conjunto motor caja es muy bueno, y eso que no nos gustan las CVT, pero en este caso hay que decir que funcionan muy bien.
El interior nos recibe con un espacio más que suficiente en ambas filas, así como unos asientos grandes y con una excelente relación entre sujeción y comodidad. Todos los controles se encuentran a la mano y hay una buena sensación de modernidad gracias a que todos los controles son digitales. No hay agujas análogas salvo el velocímetro, pero los demás indicadores forman parte de una pantalla, al igual que en la parte superior de la consola central, desde la que se pueden ajustar elementos del coche así como disfrutar de una interfaz de infoentretenimiento rápida. Hay piel, quemacocos, climatizador, cámara de reversa, faros full LED, etc. Es un coche moderno, con mucho estilo, de gran manejo y uno que defiende que los sedanes aún tienen mucho qué entregar a su público.
Lo bueno
Diseno, acabados interiores, calidad de marcha, empuje del motor
No tanto
Tiene algo de turbolag, gama costosa
Precios
Accord EX: $448,900 pesos
Accord Sport Plus: $509,900 pesos
Accord Touring: $562,900 pesos
FICHA
Motor | L4, 1,491 cc, turbo, gasolina |
Potencia | 188 caballos a 5,500 rpm |
Torque | 192 libras-pie entre 1,500 y 5,000 rpm |
Caja | Automática, CVT |
Peso | 1,469 kg |
0 a 100 kph | 10.6 s |
Vel. Tope | 210 kph |
Economía | 7.95 kpl (combinado) |
Llantas | 235/40 R19 |