Por Carlos E. Jalife Villalón
“ They’ll never break us down
cause we are the chosen ones …”
Steve Harris
En FASTmag #18 (pág. 18) hablaba de lo mucho que le meten mano a las reglas los organizadores de las series gringas, lo cual queda confirmado con el descrédito en que ha caído la IndyCar con tal de asegurar que Helio Castroneves sea campeón 2013.
Helio me cae muy bien, es un tipazo, y es el menos culpable. Es un tipo que ha tenido problemas con el fisco por sus agentes (y una broncota con Fittipaldi por eso), pero ha ganado el programa ese de “Dancing with the Stars” y tres veces la Indy500, pero nunca se ha coronado sea CART, Champ Car, IRL o la actual IndyCar, pese a sus tres lustros en Penske Racing, sin duda el mejor equipo en la historia de autos tipo Indy. Y muchos piensan que merece ser campeón (yo digo que eso se gana en la pista).
Pues en 2013 Helio lleva completadas todas las vueltas de carrera –es el único– y ha ganado aunque en Texas no lo descalificaron pese a que tenía un auto ilegal, sólo lo multaron. Ha liderado la gran mayoría del año, pero a últimas fechas le están ayudando descaradamente a batir a Scott Dixon, quien ganó tres seguidas y se le había acercado. Pero Scott es de Ganassi Racing.
La lógica es que si Helio no es campeón ahora, ya nunca lo va a ser, pues podría no tener otro año bueno ya que no se cuece al primer hervor. Eso de ser tricampeón de las 500 Millas y nunca haber ganado un título devalúa la carrera y la serie, parece ser el razonamiento. El caso es que con Penske mandando a Will Power como golpeador –quien después de pelear el título desde hace tres años quedando subcampeón este año le ha ido mal y no tiene mucho que ganar– en Sears Point un mecánico de Power se le atravesó a Dixon a la salida de su recarga en el momento en que el neocelandés lideraba –por no decir robaba– la carrera y Helio estaba en octavo.
Scott tocó al tipo, quien le puso la llanta casi en la cara y al contacto salió aparatosamente a rodar por los fosos chocando con otros mecánicos que atendían a Will. Dixon fue penalizado, quedó muy atrás y Helio amplió su ventaja.
En Baltimore, cuando Helio otra vez estaba fuera de la primera decena y Scott peleaba la punta, al rebasar a Power, éste le aventó el coche, lo mandó a la barda y luego dijo que no lo vio y que se le patinó el auto en cuarta y bla, bla, bla, (la verdad qué ciego y burro es Will, no merecería estar ahí si lo que dijo es cierto). Pero además los oficiales no quisieron mandar el auto a los fosos a reparar (como se acostumbra) pese a que faltaba un tercio de carrera y así evitaron que Dixon quedara un poco más arriba y ahora enfrenta a Helio con más de 40 puntos de desventaja cuando quedan 165 en disputa cuando vamos al cierre.
Resultado: ya coronaron a Helio, quien podrá ser un futuro embajador de la categoría y lo placearán como tricampeón de Indy 500 y ya saben los rollos esos a los que son tan afectos los gringos. Penoso, porque Helio podría ganar sin ayuda o cuando menos perder dignamente ante Scott, pero eso no da titulares como la historia de alguien que lleva desde 1998 intentando y nada.