En una era tecnológica de vanguardia del Gran Circo, los resultados se deciden en milisegundos y cada elección que se haga podría marcar la diferencia entre ganar o perder.
Tanta investigación no puede prepararte por completo para lo que sucede en una carrera llena de banderas amarillas y rojas, choques, penalizaciones y clima poco confiable. Cuándo y cuántas veces entrar en fosos, qué neumáticos usar, cuándo atacar o mantener el ritmo y cuándo los pilotos deben trabajar juntos son decisiones cruciales basadas en datos.
Por ello es que el trabajo Hannah Schmitz, ingeniera principal de estrategia de Red Bull Racing, junto con el director de estrategia de carrera, Will Courtenay, y un equipo capacitado, es invaluable. No por nada, su estrategia brillante en fracciones de segundo ayudaron en gran medida a que Max Verstappen lograra su primer título Mundial de F1, la temporada pasada.
Schmitz, graduada en Ingeniería Mecánica por la Universidad de Cambridge, ha estado con el equipo desde que se unió como pasante en 2009. Actualmente trabaja con un gran equipo de analistas que procesa miles de millones de simulaciones antes de cada carrera y en tiempo real en cada Gran Premio.
En el Gran Premio de Mónaco, el equipo orquestó el plan de detenciones que finalmente llevó a Sergio Pérez a tomar la bandera a cuadros y a Verstappen a hacerse con el tercer lugar.
La estrategia fue un movimiento audaz y proactivo que llevó al Dr. Helmut Marko, asesor deportivo, a decir después: «Todos fuimos excepcionales, pero si ganamos, se debió principalmente a Hannah».
Ser adaptable y tener que reaccionar instantáneamente a los escenarios en vivo es la parte del trabajo de Schmitz que sin duda le genera más presión, pero también más adrenalina.
«Creo que es increíblemente emocionante», describió. «Te sientas al borde de tu asiento cuando tomas esa decisión en una fracción de segundo. Entonces tienes quizás 20 segundos, lo que no parece mucho tiempo, pero en una carrera sentada ahí, esperando a ver si tu decisión ha valido la pena, puede parecer toda una vida».
En la mañana de un día normal de carreras, Schmitz asiste a reuniones diseñadas para que se sientan más como discusiones con los pilotos, ingenieros de carrera, Adrian Newey y Christian Horner para considerar los planes de carrera.
Ya sea que esté en en un autódromo o en las instalaciones de la sala de operaciones en Milton Keynes – sitio que se alterna en cada carrera con Courtenay – la misión es la misma, pero los roles son muy diferentes. En la pared de fosos en pista, el objetivo es mantener la cabeza despejada y ver el panorama general de cómo ganar la carrera.
En la sala de operaciones, un equipo de estrategas ejecuta todos los cálculos y simulaciones en vivo antes de proporcionar todos los datos procesables a los miembros del equipo en la pared de fosos para que puedan tomar la decisión óptima junto con los ingenieros de carrera. Como revela Schmitz, la sala estilo NASA ha cambiado las reglas del juego.
«Podemos estar escuchando la radio de cada equipo, podemos estar viendo las imágenes a bordo de cada equipo, podemos estar viendo todos los números en detalle y pasar eso a la pared de fosos en segundos», compartió. «Es como estar en la misma habitación. No hay demora».
La ruta de Schmitz hacia el muro de fosos es una de dedicación y de abrir camino hacia el trabajo de sus sueños. Incluso cuando era pequeña, estaba interesada en los autos y en cómo funcionaban las cosas, y rápidamente se convirtió en una pasión por la ingeniería mientras estaba en la escuela.
Luego, obtuvo una maestría en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Cambridge antes de unirse a Red Bull Racing como estudiante en prácticas en 2009. Le tomó tiempo generar la confianza necesaria, algo que espera que no sea lo mismo para las mujeres que siguen sus pasos.
«Creo que hay muchas personas que inicialmente tal vez no tengan la confianza en ti para hacer el trabajo», admite.
«Como estratega, tienes que decirle a mucha gente lo que tiene que hacer y tienen que escucharte, así que está construyendo esa confianza y creo que como mujer desafortunadamente eso fue más difícil, pero ahora tengo ese respeto y espero que otras mujeres jóvenes que quieran entrar en el deporte vean que puedes hacerlo, que puedes aceptarlo y veremos más diversidad».
Sin duda, Schmitz es un rostro reconocible para los fanáticos de la F1, al aparecer en la transmisión mundial en Brasil en 2019, cuando hizo la llamada para que Verstappen entrara en fosos por tercera vez, a pesar de saber que inicialmente perdería el liderato de la carrera.
Cuando el movimiento resultó en la victoria del holandés, se le pidió a Schmitz que subiera al podio junto a Verstappen para recoger el trofeo de Constructores.
«Fue un momento increíblemente especial y el pináculo de mi carrera», afirmó. «De hecho, yo acababa de volver a trabajar después de tener a mi primer hijo, así que eso fue algo muy importante para mí, para demostrar que todavía estaba aquí y podía hacer bien el trabajo. Fue simplemente una experiencia increíble».
Durante sus 13 años con el equipo, ha trabajado con la mayoría de los pilotos en la historia del mismo; actualmente disfruta colaborando y respondiendo las preguntas de Pérez y Verstappen, quienes están totalmente comprometidos a comprender las estrategias que se les presentan.