Fabio Quartararo (Yamaha) tiene una oportunidad nueva para asegurar el título de MotoGP este fin de semana, cuando se realice el Gran Premio de Emilia Romaña en Misano.
El francés llega con ventaja de 52 puntos sobre Francesco Bagnaia (Ducati), el único que tiene posibilidad matemática de arrebatarle la corona de la clase estelar del Mundial de Motociclismo.
Ya que la segunda visita al Circuito Marco Simoncelli en el año es la antepenúltima ronda del campeonato, lo único que Quartararo necesita es salir con diferencia de 50 unidades ante el italiano, lo cual puede conseguir tan sólo quedando delante de él en la jornada de este domingo.
Sin embargo, no cambiará su enfoque para este fin de semana, en el sentido de que no estará en modo de conservación e irá por el triunfo, tal como ha pasado a lo largo del año.
«Me siento muy bien, pero para ser honesto, mi cabeza no está realmente en esa parte», declaró este jueves, en la rueda de prensa oficial rumbo al evento. «Creo que tenemos que tomarlo como una carrera normal, pero sabemos que el domingo puede suceder algo especial».
«En primer lugar, el viernes y sábado, tenemos que planearlo como el resto del año, y luego el domingo veremos la cantidad de riesgo que correremos. Pero el viernes y el sábado será una situación normal por el momento y luego veremos qué pasa».
La actuación de Quartararo este año no fue casualidad, dado que en 2019 fue contendiente a la victoria en ocasiones múltiples y, el año pasado, tuvo momentos que lo hicieron ver como el centauro a vencer por la corona.
En su primer año en la escuadra oficial de Yamaha, se ha anotado cinco triunfos, cinco PPs, diez podios y resultados en zona de puntos en todas las competencias. Siendo la primera vez que llega como líder y favorito a esta instancia de un torneo, prefiere tomar la situación paso por paso.
«Ya veremos. Así es como me gusta correr pero nunca he estado en esa situación», confesó. «El año pasado aprendí mucho, no a luchar por un campeonato, pero ser líder del campeonato durante muchas carreras fue un paso importante para mi experiencia, y este año creo que es mucho ‘fácil’, digamos tenerlo».
«De momento es (planear) una carrera normal y veremos cuánto riesgo corremos el domingo».
Pese a los vaivenes, Bagnaia también está completando su mejor año en la serie, siendo también el primero con la escuadra de fábrica de Ducati. Tras ser consistente en primera mitad del certamen (tres podios en los cuatro primeros Grandes Premios), acabó fuera de los cinco mejores en cinco de los ocho siguientes compromisos.
La etapa otoñal le ha resultado favorable con los triunfos en Aragón y la primera visita a Misano, y el tercer lugar en Estados Unidos. En las tres citas, se anotó la PP.
Aunque lo dará todo en la carrera, es consciente de que sus opciones para coronarse – y la posibilidad de repetir triunfo en esta pista – son mínimas.
«Para mí lo único que puedo hacer es ganar, intentar quedarme en la pelea por el Campeonato», admitió. «Sabemos que 52 puntos son muchos, pero lo intentaremos. Todavía tenemos la posibilidad, así que lo intentaremos».
«Mirando mis dos últimas temporadas en MotoGP, éste no era el año para intentar ganar el Campeonato porque luché mucho en los últimos años, me caí mucho, me rompí la tibia el año pasado, así que tuve problemas. Este año el objetivo era seguir creciendo».
«Tras el parón de verano dimos un paso adelante, y en las últimas carreras (dimos) otro. Estoy contento con el trabajo que hemos hecho en las últimas carreras, pero seguro el trabajo que hemos hecho esto el año puede ser mejor para el próximo».
Para convertirse en el primer francés en ser campeón de la clase principal de MotoGP, a Quartararo le basta con ganar el GP de Emilia Romaña, quedar segundo y que Bagnaia no logre el triunfo; desde ahí, las diferencias en la impartición de unidades son más pequeñas y las posibilidades, más variadas.