Por Fernando Tornello • @ F1Tornello
Latinoamérica es una región naturalmente apasionada por el automovilismo en general y por la Fórmula Uno en particular. Lo advierto en los mensajes que recibo de mis seguidores, en la cantidad de categorías nacionales que existen en varios de nuestros países, en la infinidad de pilotos que desparraman su talento y sus sueños en categorías bien diversas por todo el mundo y, especialmente, en ese latiguillo que resuena de manera permanente y que ya se ha transformado en un reclamo casi a gritos: “¿Cuándo vamos a tener una carrera de F1 en nuestro país?”
Me sucede a diario en Argentina e igual es en cualquier territorio de nuestro continente. Afortunadamente para México, la cuestión estará resuelta a partir de 2015. El retorno de la F1 al país es un hecho. Pero siempre quedará flotando la pregunta: ¿Qué tan difícil es conseguir formar parte del campeonato mundial?
La mayoría cree que es cuestión de dinero solamente. Nada más errado. Para negociar con Bernie Ecclestone se necesita habilidad, seriedad y creatividad, además de los recursos financieros obvios. Sólo con dinero no se llega. Piensen que el hombre que está sentado enfrente en la negociación posee una cuenta bancaria que ronda los 5 mil MDD. Con plata no lo asustamos.
La virtud de los negociadores mexicanos radica en haberse dado cuenta de lo que contamos hace mucho tiempo. El hecho que la Escudería Telmex haya colocado ya dos pilotos en F1 y muchos más en Estados Unidos y otros países, no se concretó poniendo una billetera arriba de la mesa. Los impulsores, con Carlos Slim Domit a la cabeza, sacaron a relucir su ingenio, su capacidad para armar proyectos muy serios, y lograron vencer de a uno cada obstáculo que se cruzó en el camino. Llevó tiempo y mucha dedicación alcanzar el éxito.
Lo mismo debo decir acerca de quienes consiguieron la vuelta de la F1 a tierras aztecas y mayas. La gente de Ocesa/CIE no convenció a Bernie sólo con dinero. Hubo que negociar, prever reformas en el circuito, armar una ingeniería de negocio muy desarrollada y, sobre todo, demostrar absoluta seriedad y compromiso con la F1.
Que Escudería Telmex lleve una década desde sus pasos iniciales con los pilotos jóvenes demuestra lo que pedimos: proyección, trabajo a largo plazo, objetivos firmes y paciencia, mucha paciencia. A veces las cosas se complican, no salen como uno las sueña y ése es el momento para pensar y no patear el tablero por el aire. Una actitud como ésta sólo nos sacaría del juego grande.
¡Felicitaciones México! Están cumpliendo el sueño de los argentinos, los colombianos, los venezolanos y tantos más. Sólo quiero decirles que estamos alineados atrás de ustedes, que los apoyamos y que tomaremos el Gran Premio de México como nuestra carrera, la de los países emergentes latinoamericanos.
¡Que sea por muchos años!