POR FERNANDO TORNELLO • @F1Tornello
No me sumo a las viejas antinomias, aquellas que definen todo por blanco o negro, héroe o villano, capitalismo o comunismo, y en cuanto al automovilismo, Senna o Prost, ferrarista o antiferrarista. Una vez finalizado el primer campeonato de Fórmula E, mucha gente pregunta si la categoría ya se puede comparar con la F1, si le ha ganado territorio, si terminará desplazándola. Una locura. La pregunta que debemos hacernos es, ¿por qué no las dos?
En lo personal, me pareció un campeonato extraordinario. La FE logró alcanzar metas con las que la F1 todavía sueña, como correr en el corazón de las ciudades más importantes. Abrió su torneo en Beijing, girando alrededor de los estadios olímpicos, El Nido y El Cubo, en avenidas que tuve la oportunidad de recorrer en días normales y son casi imposibles de transitar por la cantidad de vehículos. Entre otras ciudades, la FE recorrió zonas céntricas de Buenos Aires, Miami, Mónaco, Moscú y Londres, nada menos que la cuna de la F1, cerca de donde están las oficinas del jefe supremo, Mr. Ecclestone. Y tiene preparado para 2016 el golpe maestro con el que Bernie soñaba: correr en París.
En este punto la F1 responde con grandes circuitos, Spa, Monza, Silverstone, Interlagos, Suzuka, algunos alejados de las grandes urbes pero con el viejo sabor de los clásicos en los que la historia se escribió con letras de oro. En el rubro ecológico, FE presenta motores eléctricos, de energía renovable, menos contaminantes y más baratos que los de F1, pero ésta llena los sentidos de los aficionados con su sonido, potencia y velocidad superiores.
Es cierto que algo de ello se perdió, pero esperen la reacción, seguramente se recuperará. El campeonato nuevo que avala FIA mostró carreras muy interesantes, algunas inolvidables, como la que definió el título en Londres. En este caso, menos tecnología hizo que los pilotos cometieran errores y la paridad se notó en la definición. Cinco pilotos llegaron al Battersea Park con chances de coronarse. El título se definió a favor de Piquet por un solo punto.
Es un rubro en el que la F1 mantiene una deuda con los aficionados. Los últimos campeonatos definidos por tan poco datan de 2007 y 2008, con benevolencia podemos contar el de 2010. La Fórmula E presentó cerca de 15 pilotos que alguna vez pasaron por la F1, pero ésta mantiene a los grandes campeones. Los Vettel, Alonso, Hamilton, Räikkönen se asocian en el tiempo con rutilantes apellidos, como Fangio, Clark, Stewart, Senna, Prost, Schumacher y tantos más que cimentaron la base más sólida que se pueda ofrecer, sin par en el deporte motor.
La FE está conquistando mercados nuevos, representados por un público joven que participa en sus redes sociales, que elige a qué piloto ayudar mediante el ‘fan boost’, que disfruta en cada carrera de música y DJ, o mejor dicho EJ, como les dicen en las huestes eléctricas. F1 responde con su impresionante cobertura de tv y prensa, a pesar de haber despreciado por mucho tiempo las redes sociales. Casi 200 millones de personas ven los Grandes Premios, aunque una parte se haya perdido en los últimos años.
Y así podemos seguir comparando. Para la FE debe ser un orgullo que la incluyan en esta ‘pelea’ con la F1, con sólo un campeonato contra 66 de la serie insignia. Para ésta será muy positivo aprender de la hermana menor hacia dónde debe apuntar para recuperar algo de lo perdido. Su grandeza tiene bases sólidas, sólo debe decidirse a actuar y corregir errores. Estoy seguro que también la recién llegada los cometerá.
Si me preguntan, me quedo con las dos. No resignaré la pasión por la F1, sus carreras y sus nombres, aunque me gustaría recuperar el sonido que la distinguía. Tampoco quiero perderme el paso hacia el futuro, que la FE ha comenzado a transitar, es un rumbo nuevo. Entre ellas no admiten comparaciones terminantes.