Con una inversión anunciada hace tiempo de $1,600 MDD, la marca del ovalo azul construye una nueva línea de ensamblaje en el conglomerado industrial automotriz del bajío, en este caso, en San Luis Potosí. Esta planta dará cabida a los compactos Focus y C-Max a partir del 2018, pues dejarán de ser producidos en EUA.
Este movimiento de Ford generará un interesante flujo de capital en la zona, así como generación de empleos para ensamblar sendos modelos. Esto también ha sido causal de la gran polémica desatada por Donald Trump, quien amenaza a Mark Fields, director general de Ford, con gravar en EUA a los modelos importados de México con un impuesto adicional del 35%, cosa que parece no importarle a Fields, pues la construcción de la planta está en marcha y la producción de los modelos está confirmada.
Este movimiento le permitirá a Ford ampliar su capacidad de producción de vehículos de mayor tamaño en su planta de Michigan, lo que también significa que engrosará sus márgenes de utilidad al fabricar y comercializar autos de mayor precio. No olvidemos que con los bajos costos de las gasolinas en EUA, se ha desplomado la venta de autos pequeños en aquel país y ha aumentado la de autos de mayor tamaño y camionetas.