La FIA reveló que Ferrari bloqueó los planes para imponer un precio máximo sobre el paquete de unidad de potencia/caja de cambios, parte esencial de una iniciativa para introducir un presupuesto para motores a partir de 2017.
El órgano rector del deporte motor se ha visto frustrado en sus intentos de imponer recortes a los costos, y ahora ve un motor más barato como una alternativa viable para operar en paralelo con los sistemas de 1.6 litros V6 turbocargados actuales. Se tiene entendido que los clientes de los fabricantes de motores Mercedes, Ferrari y Renault pagan alrededor de 20 millones de euros por temporada para ser surtidos de plantas de poder. Se ha sugerido que el trio de fabricantes debería cobrar menos de la mitad de eso, pero Ferrari dijo que no.
Un comunicado de la FIA aseguró que “estas medidas fueron sometidas al voto y adoptadas por una mayoría grande. Sin embargo, Ferrari SpA decidió ejercer el derecho de veto reconocido bajo los acuerdos que gobiernan la F1. En el interés del campeonato Fórmula 1, la FIA no disputará legalmente el uso de veto de Ferrari… e iniciará una consulta con todos los participantes sobre la introducción de un motor de cliente, que estaría disponible en 2017”.