La tercera fecha de la IndyCar entregó una actuación difícil para Patricio O’Ward, quien vivió los primeros sinsabores que suelen aparecer en un fin de semana de competencias.
Siendo su tercera participación en la categoría, el regiomontano fue uno de los perjudicados por una situación que, si bien ocurre una o dos veces por año, fue determinante en el desarrollo del fin de semana.
El desempeño de los autos en un circuito como Barber, Alabama, sensible a los cambios de temperatura por su superficie abrasiva, generó un comportamiento distinto de los neumáticos blandos, que en teoría generan más velocidad que los duros, pero ocurrió de manera inversa.
Esto dificultó el manejo del monoplaza de O’Ward, quien solo pudo asegurar el 18º lugar de salida, pese a que el ritmo en simulaciones de competencia tenía potencial para ubicarse en las 10 primeras plazas. En carrera, la estrategia del equipo fue prometedora, en especial por ser uno de los que más vueltas completó en su primer turno con el compuesto duro, manteniendo un ritmo competitivo tras la detención inicial en fosos, en la que cambió a la goma blanda.
Sin embargo, factores fuera de su control volvieron a impedir que el mexicano lograra un resultado importante, ya que él aportó parte del espectáculo en pista con sus adelantamientos. La pérdida de tiempo en la zona de abastecimiento, sumado a que en pista fue estorbado por algunos autos rezagados, le hicieron luchar contra la corriente antes de llegar a la mitad del recorrido.
Aunque registró la mayor cantidad de rebases en pista junto con Josef Newgarden (13), un problema en la carga de combustible lo obligó a detenerse en fosos en dos ocasiones durante el único encadenamiento de la jornada. Su estratega esperaba que varios rivales se quedaran sin gasolina en el final, pero eventualmente se conformó con la 16º posición.
El hecho de que su coequipero Max Chilton tuviera un desempeño malo en calificación y carrera, a pesar de tener tiempos similares que O’Ward en los entrenamientos, reflejan que, con todo y que el equipo está en su segundo año en la IndyCar y continúa perfeccionando su labor en pista, sus mecánicos e ingenieros aún tienen mucho que aprender.
En cuanto a sus rivales directos, es decir, los aspirantes al título de “Novato del Año”, Alabama pudo ser una oportunidad para recortar distancias. Marcus Ericsson, cuyas primeras dos carreras fueron complicadas, el mejor de este grupo, al finalizar en séptimo lugar, Felix Rosenqvist se metió al décimo sitio, Santino Ferrucci tuvo problemas y culminó justo por delante de O’Ward, mientras Colton Herta sufrió una falla en la presión de combustible y finalizó último.
Thought those bold @COTA passes were a fluke? @PatricioOWard was back at it Sunday 👀😳#INDYCAR // #HIGPA pic.twitter.com/BFNi98EXcI
— NTT IndyCar Series (@IndyCar) April 8, 2019
Si bien el ganador en Austin es el debutante mejor ubicado en la puntuación, solo hay 43 unidades de separación entre este quinteto, por lo que a reserva de que O’Ward compita en todas las fechas restantes (solo tiene asegurados 11 de los 15 eventos próximos al momento), la batalla por estos honores será muy cerrada, al grado de que en las competencias en las que se impartan puntos dobles (Indy 500 y Laguna Seca) serán claves para definir al vencedor.
De cualquier forma, para salir avante en la IndyCar, la tendencia de los últimos años es rozar la perfección para superar a los equipos protagonistas, Team Penske, Ganassi Racing (al que pertenece Rosenqvist) y Andretti Autosport (asociado con Herta y Harding Steinbrenner), que tienen más presupuesto, personal e información para compartir entre sus pilotos. Así pasó con Takuma Sato, quien a pesar de perder segundos valiosos en fosos, logró una victoria dominante en Alabama.
El siguiente destino es Long Beach, donde O’Ward correrá por primera vez, ya que no estaba incluido en los calendarios de Indy Lights e IMSA SCC.
EDUARDO OLMOS AYALA