La forma en que los castigos por contacto se fueron desarrollando aumentó cada vez más la polémica en la temporada pasada.
Por ejemplo, el castigo del eventual a Nico Rosberg por un ligero choque con Kimi Raikkonen mientras luchaba en el Gran Premio de Malasia fue calificado como una «completa tontería» por el director del equipo de Mercedes, Toto Wolff.
Había una sensación cada vez mayor de que una postura tan estricta hacía que algunos pilotos estuvieran menos dispuestos para asumir el riesgo y buscar un rebase.
Pero después de las discusiones en la Comisión F1 y el Consejo Mundial del Deporte Motor, la semana pasada, se ha acordado que a partir de ahora los pilotos sólo se enfrentarán a castigo por incidentes si son «enteramente» culpables de un accidente.
En las revisiones de la regulación deportiva de la F1 para el 2017, se ha dicho a los comisarios que será su decisión si desean investigar los incidentes reportados por el director de la carrera de la F1.