Boullier ha pasado los últimos dos años y medio en McLaren intentando transformar el equipo tras bambalinas y estableciendo una forma más ágil de trabajar en un intento por revitalizar su suerte.
El progreso ha sido relativamente lento, pero Boullier está convencido que las prácticas correctas de trabajo están en su lugar, incluso si admite que «no puede estar feliz» por el hecho de que no han podido volver al escalón más alto del podio de F1.
«Estoy compitiendo para ganar, pero es evidente que todavía no tenemos un paquete que nos permita luchar por la victoria y hasta que no la consigamos no seré feliz. No obstante, estoy feliz en como el equipo ha cambiado y ha evolucionado. Tenemos una manera muy cooperativa y colaborativa de trabajo, que era nuevo para McLaren, pero sin cambiar el ADN de McLaren nos mudamos a este modelo, que era mi deseo y es bueno. Estoy feliz con eso. Cambiamos la forma en la que McLaren estaba trabajando. De lo que pudo haber sido un sistema muy político, no tenemos ninguna política, ninguna tontería”.
Boullier siente que algunos de los problemas que tienen lugar en Ferrari se parecen a las que ha logrado eliminar de McLaren.