Loeb fue gimnasta, cuatro veces campeón de Alsacia y una del este de Francia, además de quinto sitio nacional, pero se retiró en 1992 y un par de años después empezó a tomar clase de ingeniería eléctrica y trabajar como electricista en la compañía Socalec. Su jefe, quien tenía un Ferrari 512 TR y era un piloto local destacado; tras verlo manejar le hizo una prueba y Sebastien fácilmente lo superó por lo que en 1995 le consiguió un equipo y patrocinios para que se dedicara de lleno al rallismo, algo que Sebastien nunca había contemplado, pues su meta era ser gimnasta olímpico.
Para 1998 empezó a correr el Trofeo Citroën Saxo, lo ganó en 1999 y en 2001 fue elegido en el equipo del fabricante galo que correría el Mundial Junior , el cual ganó con cinco triunfos en seis fechas, pues en la otra, el rally San Remo, lo subieron a un tercer auto oficial WRC y batió a sus compañeros y sólo quedó detrás del ganador, Gilles Panizzi, el reputado experto en asfalto. El resto es historia, con nueve campeonatos consecutivos de 2004 a 2012. Ese año Loeb anunció su retiro, aunque pactó una gira de despedida de cuatro rallies en 2013, para irse adecuando mientras corre en autos GT con su equipo homónimo –con autos McLaren– y, a la vez, desarrolla el nuevo Citroën para el Mundial de Turismos (WTCC) 2014 como piloto oficial de la marca.
2013 le ha traído tres victorias en carreras calificatorias del Mundial GT, más otra en la estelar y además batió el récord de la subida a Pikes Peak por más de minuto y medio (FASTmag agosto); de los cuatro rallies en los que participó ganó dos, quedó segundo en otro y finalmente enfrentó Francia como su prueba final (ver reporte en la sección respectiva).
Ahí tuvo un primer día impresionante, ganando las primeras etapas hasta que el clima conspiró en su contra pues al arrancar séptimo –por reglamento según los puntos del campeonato– la lluvia hacía que las etapas ya estuvieran un poco dañadas para cuando él las corría y eso le costó que terminara la penúltima jornada en cuarto sitio, pero a cinco segundos del líder. Y no había corrido un rally de asfalto en todo el año, pues hizo Argentina (tierra), Suecia (nieve) y Montecarlo (asfalto con nieve) en 2013.
El domingo, Loeb salió a dar todo y terminó volcado pero sin haber dado menos del 100% que necesitaba para ganar ante la desventaja que implicaba su sitio de salida. El final de cuento de hadas no se dio, aunque estuvo cerca, y sin embargo fue una salida justa para su fama de gladiador: matar o morir.
No hay duda sobre quién es el mejor rallista de la historia. Sebastien se lleva todos los récords en el WRC, pero no se va del deporte. Este noviembre correrá con su esposa, Severine el Rally Condroz, en Bélgica, con un Citroën DS3, para buscar repetir su éxito del Rally de Chablais que ganaron juntos este año.
Sebastien se retira en la cima, y se va porque quiere: la perfección de manejo que nos trajo, ha terminado su ciclo. Y somos mejores por haberlo visto/vivido/disfrutado.
“Escogí Francia para despedirme porque, sobre todo, estoy aquí para divertirme y agradecer a toda la gente que me ha apoyado durante tanto tiempo”