Suárez choca cuando dominaba y Goeters llega a la final con ventaja.
José Lavín
El nuevo autódromo “El Dorado” en Chihuahua, cumplió ampliamente con las expectativas y ofreció un trazado veloz que permitió a los pilotos demostrar sus capacidades al volante ante un lleno total. La PP se la llevó Rubén Rovelo, por 84 milésimas sobre Rubén Pardo; les siguieron el líder del campeonato Daniel Suárez, Rubén García Mateos y Rogelio López III.
Iniciada la carrera, Suárez dejó en claro sus intenciones de llevarse la victoria y comenzó una escapada con un paso difícil de mantener por el resto del pelotón puntero, Pardo se consolidaba en la segunda plaza aguantando los embates de su tocayo Rovelo. En pocas vueltas Daniel encontró tráfico y empezó a lapear contrincantes; antes de parar llegó a pasar al auto que iba séptimo y todo apuntaba a que se llevaría una victoria de punta a punta.
Tras su parada Suárez volvió a alejarse de los dos Rubenes, pero la suspensión delantera derecha de su auto se rompió impactándolo contra el muro y ahí terminó lo que parecía un triunfo y se complicó su lucha por el título. La desgracia de uno se vuelve la fortuna de otro y Pardo, con un auto completo y un manejo consistente, obtuvo su primera victoria de la temporada tras un gran duelo contra Rovelo y Toño Pérez.
Jorge Goeters, segundo en el campeonato, al saber que Suárez estaba fuera, aplicó un manejo conservador alejándose de los problemas y llegó octavo, con lo que sumó los puntos necesarios para entrar a la última fecha sin apuros, liderando por 18 tantos la serie.
Chihuahua premió a uno de los pilotos consentidos de la afición con un merecido triunfo –el cual por cierto dedicó a su hermano el fallecido ex campeón Carlos–, castigó a un piloto que demostró todo para ser campeón a lo largo del año y le puso en bandeja de plata el Campeonato a un piloto ya campeón antes que mostró una gran consistencia toda la temporada. Así es el automovilismo.