Después de meses de rumores y especulaciones, Dodge finalmente presentó al Challenger SRT Demon 2018 con toda la locura y brutalidad que se esperaba de él. Los números que lo acompañan son escalofriantes: 840 caballos, 770 lb/pie de torque, aceleración de 0 a 100 kph en 2.3 segundos, y el cuarto de milla (402.5m) en 9.65 segundos. Todo ese poder y todos los trucos diabólicos que hacen fierros y electrónica con el coupé yanqui pegan al conductor al asiento con una fuerza de 1.8G, para ponerlo a ver por un momento al cielo y no al frente, pues la tremenda fuerza de impulsión le permiten salir haciendo un “caballito”. No es broma. Acelerando a fondo en una superficie muy pegajosa y con la temperatura correcta en las llantas, el demonio americano se lanzará al frente en dos ruedas.
Para lograr este poderío el Hemi de 6.2 litros ha sido mejorado significativamente en relación al Hellcat “normal”. Está equipado con un supercargador de 2.7 litros, con una capacidad de soplado de hasta 14.5 psi. También tiene algo que Dodge bautizó como SRT Power Chiller, un sistema que utiliza el climatizador para enfriar el aire que entra a través de la gigantesca toma en el cofre (Air Grabber) con el fin de mantener “fresco” al motor, funcionando y acelerando una y otra vez. Por si fuera poco, hay un enfriador adicional para bajar la temperatura del supercargador después de una carrera o uso intenso, que sigue funcionando después de apagar el motor. El Challenger puede funcionar con gasolina de 100 octanos con tan sólo pulsar un botón. Con las teclas tradicionales SRT negro y rojo, el demonio en realidad tiene tres niveles de potencia: 500 caballos con la llave negra, 808 con la roja, y los anhelados 840 con la llave roja y combustible de 100 octanos.
Otro aspecto crucial para que el Demon acelere como lo hace son las llantas. Monta gomas ligeras de medida 315/40R18 de la marca Nitto, especializada en adherencia elevada, es decir, chiclosas. Pero eso no es todo, pues con la compra del auto viene un cajón metálico con todo lo necesario para los días de pista, como un juego adicional de llantas delanteras ultra delgadas para bajar peso y resistencia al avance. También trae todo lo necesario para el cambio de las llantas, como manerales, gato, herramientas y hasta un compresor de aire.
Los asientos faltantes y la alfombra de la cajuela se pueden pedir de forma opcional por un dólar. Otras opciones incluyen un equipo de audio Harman Kardon de 19 bocinas y 900W, quemacocos, asientos delanteros de piel con calefacción y ventilación, entre otros.
Finalmente, Demon ofrece distintos modos de conducción: para la calle, pista de arrancones e incluso un modo de valet protegido con contraseña que limita la potencia, la velocidad de giro del motor a 4,000 rpm, y desactiva las paletas de cambios y el control de lanzamiento (launch control). Este Challenger es una bestia llena de detalles de ingeniería desarrollado por y para los amantes de la aceleración máxima. Un juguete perverso, demoniaco, que en EUA puedes comprar por unos 90 mil dólares.
VÍCTOR ORTIZ