POR CARLOS JALIFE • @ Scuderiargz
2014 para la Fórmula Uno fue un año plateado. En parte porque ganaron las Flechas Plateadas de Mercedes- Benz, su primer título desde 1955 cuando dejaron la categoría máxima a la cual regresaron con equipo completo en 2009 tras comprar al Brawn GP que acababa de ganar el título en su única temporada en la F1 como herederos de la salida de Honda. O sea que en esencia, si vamos hacia atrás, este equipo es el antiguo Matra Internacional de 1968 que se volvió Tyrrell, que fue comprado y tornado en BAR, para luego pasar a ser Honda, Brawn y desde 2010, Mercedes. Una genealogía interesante, pero sin relación con el equipo que le diera el título a Juan Manuel Fangio (su tercero) y que hubiera obtenido los de constructores en 1954 y 1955, pero el título de equipos no existió hasta 1958. Lástima, Mercedito.
Entonces tenemos un año plateado que trae el campeonato para Lewis Hamilton, su segundo, más el subcampeonato para Nico Rosberg, el título de constructores para Mercedes y récords de llegar 1-2, PPs, ganar carreras y más en la F1. Esto, claro, con 19 fechas, aunque porcentualmente no es mejor el 16 de 19 de Mercedes este año que el 15 de 16 de McLaren en 1988, pero no comparemos a Senna y Prost con Hamilton y Rosberg pues aunque toda la prensa inglesa nos quiera vender que Lewis es el heredero de Ayrton, como decimos aquí, lo que se ve no se discute.
El año no tuvo mucho más que una interminable procesión, que no batalla de los Mercedes. Hubo algunos momentos, como en Bahrein donde Rosberg se quitó los guantes un ratito, o como en Spa, donde Nico se equivocó al intentar el rebase, o quizás el rebase de Austin, cuando Nico se equivocó de botón y no pudo contrarrestar el ataque de Lewis. ¿Pero batallas épicas, tipo Senna y Prost? Nanay y por ello las quejas de los aficionados que quieren (queremos) ver pelea en la pista. De hecho en persona lo más interesante en Austin fue la pelea del octavo al décimo sitos entre los Toro Rosso, Lotus y hasta Esteban un rato, pero estaban peleando los puntos de un dígito, los que regalan por portarse bien y antes no existían.
Año plateado, y si me apuran mucho, bronceado –nada que ver con el color del campeón, no va por ahí– con mucho dominio plateado por su tecnología y también por el penoso inicio de campaña para Renault, y Ferrari, con problemas al por mayor; por algo ambos perdieron a sus pilotos estelares al final del año. Y Honda parece que no empezó mucho mejor con su demostración de ineptitud en Abu Dabi donde dieron cinco giros sin poder marcar un tiempo en dos días.
Y me dirán que la F1 ya es más ecológica, pero los autos suenan como… buscaba un nombre, pero más bien no suenan, puedes estar en los fosos, escucharlos arrancar y no necesitas tapones, así de mal. Con eso y las carreras aburridas no duden que hayamos perdido otros 50 millones de televidentes este año, como lo de 2013 gracias al dominio de Red Bull Racing que cerró con 9 triunfos, pero al menos peleaban.
Podría seguirme quejando todo el año, pero mejor esperemos que se componga la cuestión y en 2015 los autos rujan no maúllen, haya competencia en la pista y encontremos la paz en el mundo… bueno pues si ya estamos pidiendo que sea completo, ¿no?