POR CARLOS JALIFE • @ Scuderiargz
Hace unos días tuve la oportunidad de presenciar en vivo una gran carrera de Sergio Pérez, en las calles de Mónaco, y realmente la disfruté mucho, incluyendo preocuparme por el bloqueo de la llanta delantera izquierda cada vez que llegaba a La Rascasse, debido al poco hule que tenían sus llantas tras 30 giros rodando a todo lo que daba el Force India. Vi líneas precisas, siempre el mismo punto de frenada, aplicación pausada de tracción y dejar deslizar el VJM-08 con firmeza hasta donde se podía, cuidando cada detalle. Luego, con otro juego de neumáticos, de nuevo finura en la conducción, llevando el auto, que a veces parecía indócil, a donde tenía que estar para arribar en un séptimo lugar muy meritorio, detrás de los autos de equipos que gastan 3 o 4 veces más en desarrollar sus autos y que ya llevan varias actualizaciones en el año.
Una carrera de 10 desde donde se le vea, aunque en la televisión seguramente no se vio mucho pues Sergio estaba detrás de los seis primeros y muy delante de todo el resto, cuando menos hasta el auto de seguridad que provocó el caos entre los estrategas de Mercedes. Realmente fue una carrera muy brillante y Sergio estaba bastante satisfecho por el esfuerzo.
Pero de eso no se dan cuenta la gran mayoría de los pseudoperiodistas que tenemos. Unos, los viejos, están molestos porque no reciben las canonjías que creen merecer por escribir y añoran dinero, boletos, viajes y todo ese tipo de cuestiones prevalecientes en los años de la famosa dictablanda –Vargas Llosa dixit– de las siete décadas. Otros, los jóvenes, no tienen gran idea de lo que es ver una carrera, adoran ciegamente internet y suponen que por tener un FB y un twitter ya son expertos cuando lo único que saben es repetir preguntas ad nauseaum buscando su exclusiva para poder comprobarle al editor que han cumplido su tarea. Ambos tipos se quejan de no ser atendidos con gusto sin darse cuenta que el piloto ya respondió esa(s) misma(s) pregunta(s) una decena de veces antes y realmente no tiene porqué estarse repitiendo ante muestras obvias de tan poco profesionalismo periodístico. Para desahogarse escriben una serie de sandeces e insisten en criticar a un piloto que no les debe nada.
No entienden que Sergio es quien es sin o con la prensa, sus manos hablan por él en la pista y esos pseudoperiodistas no lo ven porque simplemente no saben de carreras. No pueden apreciar una exhibición tan brillante como la de Sergio en Mónaco y simplemente dicen que fue para quedar séptimo sin entender todo lo que se hizo para quedar en ese sitio. A mí me dan pena, pero a la vez rabia porque malinforman, desprestigian y no tienen el valor civil para dedicarse a algo que entiendan mejor, como por ejemplo, el panbol. Lo bueno es que la gente cada vez los conoce mejor y sabe separar la basura de lo valioso.