POR CARLOS JALIFE • @ Scuderiargz

En este mismo número encontrarán una entrevista con el campeón mundial, Lewis Hamilton y en general está aceptable, pero hay una respuesta que me marca todo lo que está mal con los pilotos modernos de F1. Conste que he platicado algunas veces con Lewis y fuera de que su inglés no es exactamente entendible para un no anglo, parece un tipo normal hablando de autos.

En la lista de los 100 mejores pilotos de F1 (FASTmag #24 enero 2014), quedó en el 36, señal que no es exactamente uno de los mejores de la historia, aunque quizás ser bicampeón le habrá valido subir un poco. Pero el chiste es que Lewis ha optado por usar el número 44 este año en lugar del número 1, reservado a los campeones de F1. Su explicación es esta: “Sé que el #1 estaba destinado a ser mi número este año, sé que es mi posición, pero el #44 significa mucho más para mí…. el 44 es con el que empecé y ha sido el más leal a mí durante toda mi vida. Nadie más lo ha tenido. Nadie lo ha compartido, es tan personal para mí. Vettel y Alonso y todos los campeones recientes han tenido el #1, que ha sido compartido por varios, pero el 44 es único para mí”.

Yo leo una sarta de tonterías para justificar que su ego es más grande que otra cosa. Primero, eso de que el número 44 le ha sido leal, significa que Lewis cree que los números tienen vida propia, no sé cuál sea su religión, pero ésta si es exótica. Si claro, Lewis, el 44 te sigue y llevaba siete años llorando porque lo abandonaste en la F1 (más otros en GP2 y probablemente F3) y ahora mueve la cola (suponiendo que tenga) de felicidad porque le has permitido entrar en tu vida.

Y como el número 1 ha sido compartido, pues ya no lo quiere aunque lo usó en 2009, pero como el moreno no tiene idea de la historia, no sabe que, por nombrar uno, Jo Bonnier usó el #44 en el GP de Italia de 1961 (y lo sé porque fue el día que debutó Ricardo Rodríguez y me acuerdo), así que eso de que es suyo nada más, pues no es cierto. Ya ha sido compartido… como muchas otras cosas en tu vida, bro’…

Lo que leo es un gran ego diciendo que le importa un bledo la tradición y que él está por arriba de ella. Para portar el número 1 necesitas ganártelo, para usar el #44 nada más necesitas que se retire el inglés y lo escoges y ya. Eso es todo. Pero claro le da vueltas al asunto y me choca la falta de hombría de los que no aceptan lo que es obvio y tratan de justificar lo injustificable, como los políticos mexicanos. Y a ese nivel de respeto queda ante mis ojos.

Cuando menos hay que buscar una excusa como la de Valentino, quien honra a su padre con el #46 –aunque quizás el 44 era la ruta de autobús en la que trabajaba su papá– o de plano afrontar como Bottas, quien dijo que el 77 se podía mercadear mejor al juntarlo con su nombre –el doble 7 va como doble T– y hace que sea más reconocible.

Nadie es superior al deporte y si seguimos con estos egopilotines y sus caprichitos, pronto va a querer que ya no se llame Fórmula Uno sino Fórmula 44 para honrarlo a él.