Sergio Pérez recuerda los puntos buenos – y no tan buenos – de su primera victoria con el equipo Red Bull de F1, que ocurrió en Bakú en junio pasado.
El mexicano fue parte de los momentos dramáticos de la conclusión del Gran Premio de Azerbaiyán, en una lucha en la que Red Bull mantuvo superioridad sobre Mercedes durante todo ese fin de semana.
Pero quizá la calificación fue el momento más desafortunado, ya que el accidente de Carlos Sainz en los minutos finales le impidió tener oportunidad de luchar por la primera fila.
“¡La calificación no salió como estaba planeado! Quería una vuelta más rápida, pero debido a la bandera roja no pude, así que clasifiqué 7º», relató esta semana. «Progresé de inmediato (en la salida), teníamos un ritmo bueno, estábamos cuidando nuestros neumáticos y en el momento adecuado comenzamos a superar a la gente hacia adelante».
«Tuvimos una parada en fosos un poco lenta, pero el overcut funcionó y salí por delante de Lewis (Hamilton). Si la parada en fosos se hubiera desarrollado sin problemas, habría estado cerca de Max (Verstappen) y existía la posibilidad de que yo también le hubiera sobrepasado».
Gran parte de la cita en Bakú, recuerda Pérez, fue un 1-2 de Red Bull, pese a la bandera amarilla que Lance Stroll causó por su accidente y al ritmo que Hamilton tenía para mantener la batalla en el liderato.
Pero el contexto cambió completamente cuando el holandés tuvo su choque, lo que le dio al tapatío el liderato y, con ello, la responsabilidad de mantener el triunfo para la casa de Milton Keynes.
«Checo» califica esos momentos de tensión, en especial por la suspensión del evento.
«Fue tan intenso durante la bandera roja. Tenía todo que perder y nada que ganar», afirmó. «Se trataba de ganar la carrera. Si terminaba segundo, habría sido un resultado malo, por lo que era muy importante comenzar bien».
«Tuve una salida mala, hubo un problema con el embrague, pero afortunadamente Hamilton se pasó directamente en la Curva 1 y perdió. Me las arreglé para salir adelante y ganar la carrera. Pero quién sabe qué hubiera pasado si yo había tenido un comienzo bueno con Lewis bloqueando en la Curva 1… ¡tal vez fue bueno que tuve un mal comienzo por una vez!».
Así fue como Pérez se agenció la victoria en Bakú, una de las pistas más especiales de su carrera en F1, luego del par de podios que obtuvo con anterioridad.
A pesar de que hubo poco tiempo para saborear el momento, dado lo extenso del Mundial actual, el logro es un motivador para mantener el espíritu competitivo dentro de su escuadra.
«No tuvimos la oportunidad de celebrar, tuvimos que tomar un vuelo a casa. Me di una ducha en la pista y luego fuimos directamente al aeropuerto. Creo que estaba en el simulador al día siguiente. En el calendario de esta temporada, ganas una carrera y vas a la siguiente».
«Por suerte, pude llevarme el trofeo a casa y mostrárselo a mi familia para que pudieran tener fotos con él, ¡pero luego tuve que llevarlo a la fábrica para el gabinete de trofeos del equipo!».
«Fue lindo estar en lo alto y mostrarle al equipo que esto puede suceder y que podemos obtener estos resultados, también ayuda cuando tenemos un resultado malo, porque sabemos que podemos hacerlo».