La división M de BMW siempre nos ha complacido con auténticas máquinas de velocidad y precisión que, en su mayoría, han logrado construir todo un hito a su alrededor.

La receta es simple pero muy efectiva: diseño agresivo, mucha potencia, amplio equipamiento y, evidentemente, un desempeño dinámico que puede poner los pelos de punta en cualquier mortal.

Y es que si bien la esencia de los modelos Motorsport ha cambiado mucho al paso de los años, se siguen concibiendo máquinas devoradoras de kilómetros que resultan imposibles de ignorar. Ya no son simples, ligeros ni de motor atmosférico como antes. Ahora son todo lo contrario, y aun así, portan sin pena los emblemas “M”, que por lo visto y experimentado en sus parientes M3, M4 y M5, esa M también es de “magia”.

Así las cosas, el miembro más joven de la división de alto rendimiento de BWM es bautizado como M2, y no es otra cosa que el sucesor del 1M Coupé. Es como una especie de M4 pero a escala, con un bastidor más pequeño pero igualmente agresivo. De hecho, una buena parte de los componentes del chasís provienen de su hermano mayor. Lo mismo el propulsor, el glorioso seis cilindros en línea de 3.0 litros, un solo turbo de doble fase, con Bi-VANOS (apertura variable de válvulas en admisión y escape), Valvetronic, e inyección directa, que en el M2 anuncia 370 caballos, que llegan a las ruedas posteriores (como debe de ser) vía una excelente –y rara hoy en día– transmisión manual de seis cambios (como debe de ser).

Opcionalmente se podrá pedir una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades denominada M DCT. Con ésta se incluye una función launch control, con la que se consigue la máxima aceleración posible; de acuerdo con BMW, tarda apenas 4.3 segundos para hacer el 0 a 100 km/h, un valor muy similar al de otros compactos de potencia parecida, como el Audi RS3, o el Mercedes-Benz A45 AMG, por ejemplo.

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Por su parte, la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h, aunque de forma opcional se puede estirar ese límite hasta 270 cuando se ordena el paquete M Driver, que también incluye un curso de manejo deportivo en pista. Además del launch control, existe un selector en el que se pueden elegir distintos modos de funcionamiento de la dirección, transmisión, acelerador y asistencias electrónicas: Confort, Sport y Sport+. Este último incluye un sistema llamado M Dynamic Mode que permite que las ruedas traseras patinen y el coche sobrevire hasta cierto punto antes de que el control de estabilidad entre en acción.

Como lo comentamos al principio, parte de la suspensión proviene del M3/M4, como los ejes y el subchasís, razón también por la cual el M2 es 8 cm más ancho que el Serie 2 normal, lo que además contribuye a esa imagen de robustez y agresividad. Las ruedas son de 19 pulgadas en ambos ejes, con medidas 245/35 al frente, y 265/35 detrás. Los frenos incorporan discos flotantes de dos piezas, con base de aluminio (que va anclado a las masas) y superficie de frenado en acero. Las mordazas delanteras incluyen seis pistones, mientras que las posteriores tienen cuatro; van pintadas en azul como en el resto de la gama “M”.

Un genuino “cohete de bolsillo” que parece reunir las capacidades necesarias para volver a poner en alto esa magia que sólo los modelos “M” de BMW pueden transmitir.

VÍCTOR ORTIZ