Es de esos modelos que, según el fabricante, ya fueron vendidos todos antes de empezar a construirlos. Era conocido simplemente por el código AM-RB 001, y no fue sino hasta el pasado Salón de Ginebra SU NOMBRE que fue revelado al mundo: VALKYRIE. Y sí, aunque sigue pareciendo un coche de carreras, se trata de un modelo “de producción” para “rodar en la calle” que “cualquiera podrá manejar”. Sí, claro…

La gran cantidad de aerodinámica que incorpora deriva directamente de la F1, específicamente del Red Bull Racing, cuyo Adrian Newey encabeza este proyecto espectacular. La información sigue llegando a cuentagotas, pero ya se conocen detalles importantes, como el interior minimalista, el frente espectacular y un difusor trasero gigante. Ahora sabemos que el diseño de gota que conforma el habitáculo ayuda a llevar enormes cantidades de aire bajo el coche, alimentando al difusor y proporcionando una gran carga aerodinámica. Este apartado ha sido tan cuidado que en la carrocería del Valkyrie prácticamente no hay elementos que interrumpan el flujo del viento o la visibilidad; así, los retrovisores han sido sustituidos por cámaras, cuyas imágenes aparecen en pantallas en la base de los postes “A”. No hay medallón trasero pues la toma de aire en el techo y las formas del vehículo lo vuelven imposible, por lo que tampoco hay un espejo retrovisor convencional.

Para aprovechar el espacio, los asientos se han montado directamente sobre el chasís (como en otros superdeportivos muy especiales, léase Ferrari J50). Conductor y pasajero adoptan una posición muy reclinada, como en los monoplazas de F1 o en los prototipos de Le Mans, aumentando su seguridad y ayudándolos a sentirse integrados al coche. Los arneses de cuatro puntos vienen de serie, mientras que los de seis serán opcionales para aquellos que vayan a pasar más tiempo en un circuito.

Al igual que en la F1, los faros han sido reducidos a su mínima expresión, dejando al descubierto partes de aluminio anodizado. No sólo representan una obra de arte, también son 35% más ligeros que cualquiera de los disponibles en un auto de producción de la marca. El ahorro en peso es tan extremo que el logotipo normal se consideraba pesado y estorboso, así que la solución ha sido una placa de aluminio con un tratamiento químico que permite que su grosor sea un 30% inferior al de un cabello humano. Su peso respecto al logotipo habitual se reduce un 99.4%, se coloca sobre la carrocería pintada y se cubre con una capa de laca. ¿Por qué no poner una calcomanía y ya?, nos preguntamos, pero eso hubiera sido algo vulgar.

Mecánicamente, es una especie de conglomerado que reúne lo mejor del mundo racing. Cosworth es el encargado del motor, un V12 de 6.5 litros del que aún no se sabe nada sobre su potencia o prestaciones, aunque no es difícil adivinar que entrará muy fácilmente al club de los coches más rápidos del orbe. Por su parte, la caja está fabricada por Ricardo, es de siete cambios y se opera mediante unos botones en el volante, sin paletas. Y el volante se puede quitar como en los coches de carreras. Los datos de manejo se muestran en un display justo frente a los ojos. Rimac –misma firma detrás del polémico y espectacular Concept_One eléctrico–  se encarga de las baterías del sistema híbrido. Por su parte, la canadiense Multimatic construye la estructura de fibra de carbono del Valkyrie; tienen en su haber los monocascos del One-77 y Vulcan. Los frenos carbonocerámicos son de Alcon, mientras que Bosch se encarga del complejo control de estabilidad.

De acuerdo con rumores que circulaban en internet hace tiempo, el biplaza creado en colaboración con RBR, se llamaría Nébula. La realidad es que continúa la fascinación de Aston con los nombres que comienzan con V: Vantage, Virage, Vanquish, Vulcan y ahora… Valkyrie. Éste tiene qué ver con la mitología nórdica. Las valkirias son un grupo de mujeres enviadas por el dios Odin a los campos de batalla para determinar cuál de los caídos merecía un lugar en el Valhalla. En palabras de Marek Reichman, jefe de diseño de la compañía, “los nombres de nuestros coches tienen un profundo significado. Necesitan ser inspiradores y emocionantes. El Aston Martin Valkyrie es un vehículo increíblemente especial, por lo que requiere una denominación igualmente excepcional; es un modelo inflexible que lo da todo. Las connotaciones de poder y honor, de ser elegido por los dioses, son muy evocadoras y se ajustan perfectamente a un automóvil que sólo unos cuantos afortunados pueden experimentar”.