2013 fue un mal año para Sergio Pérez, en primera instancia porque el McLaren MP4-28 nunca funcionó y el equipo de Woking no obtuvo un podio en la campaña, por primera vez en la historia desde que Ron Dennis se asoció a Teddy Mayer para dirigir al alimón la escuadra en 1980. Pero Sergio no fue el único chivo expiatorio, pues Martin Whitmarsh también fue destituido como director del equipo y Ron Dennis regresó trayendo a Kevin Magnussen, campeón de la Fórmula Renault 3.5 como reemplazo del mexicano.
Tras negociaciones frenéticas, y un costo muy superior al esperado, Sergio logró mantenerse en la Fórmula Uno, ahora con el equipo Force India, en donde acompañará a Nico Hulkenberg, considerado un gran estrella futuro de la máxima categoría.
Force India es un equipo que emplea motores y caja Mercedes y generalmente está en la pelea por ser el mejor de los medianos, o sea, el sexto sitio en la tabla de constructores, un lugar acorde con su presupuesto. Tiene a la que probablemente sea la mejor pareja de pilotos jóvenes en la F1, aunque Lotus podría disentir, pero ahí radica la esencia del problema de Sergio en 2014.
Sergio, tras el mal 2013, por causas externas mayormente -ya que en la F1 sin un auto bueno todo es imposible– y algunas internas derivadas de su nuevo estatus de piloto estrella, no tiene mucha opción que reconstruirse y recomponerse, reinventarse, pues, a los 24 años de edad, va para su cuarta campaña de F1. El talento siempre ha estado ahí, es inolvidable su manejo en Monza en 2012 con un Sauber pasando a Massa y Alonso en la mítica pista italiana, o su presión sobre el propio Fernando en Sepang unos meses antes, pero el problema no es sólo tener el talento natural, sino efectuar el trabajo que lo acompaña y le permite desarrollarse a un nivel de excepción. La gente de Force India platica asombrada que el día 26 de enero a las 8 de la mañana en las puertas de la fábrica estaba esperando que abrieran Hulkenberg, listo para entrenar, un día después de Navidad. Esa es la actitud que se necesita, el hambre que se debe tener para triunfar en la F1 y es la que Sergio no ha terminado de adoptar como estilo de vida. Por ello, batir a un tipo que también derrama talento natural como Hulkenberg, es difícil si no se da el 110% TODO el tiempo, pues Nico no afloja en momento alguno.
La reconstrucción de Sergio implica tener un enfoque en lo que es importante; no se trata de que haya un reloj con su nombre, o una fundación, o una línea de ropa y lentes y toda esa parafernalia que conlleva la fama. Implica, más bien, tener una resistencia para manejar el doble del tiempo necesario al 100% sin aflojar nunca y una vista aguda enfocada en los cambios de cercanía a lejanía y viceversa para prevenir que se vuelva visión de túnel; implica practicar sobre (y cambiar lo posible) en el auto; implica saber de memoria todos las combinaciones posibles en el volante; implica mantener una dieta para tener un peso corporal óptimo que por pura naturaleza ya le da a Sergio 15 centésimas de segundo de ventaja por vuelta sobre el alto Hulkenberg; implica tener un solo objetivo en mente: vencer al germano. Implica trabajar, trabajar y trabajar.
La reconstrucción de Sergio es para ser mejor, sin distraerse, para pensar sólo en mejorar su desempeño para batir al alemán. En Australia el germano fue más veloz en la calificación (7 vs 16, separados por 248 milésimas en la Q1); en la carrera Nico lo batió (6 vs 10) con 35 segundos separándolos; en la vuelta rápida en carrera estuvieron cerca (8 vs 9) separados por 156 milésimas.
Cerca, que no es suficiente. El peligro es que si el germano lo bate constantemente antes de llegar a Europa, para el quinto gran premio del año, los indios tendrán listas las piezas y modificaciones para que sean probadas por el europeo; una vez que eso sucede, no hay vuelta atrás. No queda otra opción: el líder se muestra en la pista y Sergio tiene que enseñar que su desempeño es digno de un equipo de punta y lo de McLaren fue un mero bache en el camino. Un equipo líder merece un piloto líder y Sergio es la punta de lanza de la Escudería Telmex desde hace un lustro. Tiene con qué seguirlo siendo.