Una pieza del auto de Kevin Magnussen hirió a un aficionado durante el Gran Premio de Australia de F1.
El danés perdió el control de su Haas VF-23 al salir de la Curva 2 del circuito de Albert Park e impactó con el muro interno, provocando que el neumático se desprendiera y el rin se fuera despedazando mientras continuaba su marcha, hasta que se detuvo metros más adelante.
Will Sweet, quien asistió a la carrera con su prometida, no se dio cuenta que una de las piezas que voló del monoplaza de Magnussen salió proyectada hacia él, quedando con una herida menor en su brazo.
«Lo seguí con la vista, así que estaba mirando a mi derecha, y luego justo delante de mí, aparentemente un pedazo de escombros había volado sobre la cerca, muchas personas a mi alrededor se habían movido y logró golpearme justo en el brazo», compartió con un noticiero local. «Yo tenía el brazo levantado. No estoy seguro de lo que pasó, de hecho».
«Era un trozo de chatarra probablemente de (un metro) de largo. No pensé en buscarlo; pensé que era bastante pequeño. Cuando lo sostuvieron, me sorprendió bastante lo grande que era».
An F1 fan who was hit by flying debris during the Australian Grand Prix has told Sunrise that his fiancée narrowly avoided being struck in the head by the large piece of metal. #sunriseon7 pic.twitter.com/AHlMmir733
— Sunrise (@sunriseon7) April 2, 2023
De manera anecdótica, Sweet indicó que a pesar de tener en sus manos el pedazo de fibra de carbono, lo regaló a otro asistente que quería conservarlo como recuerdo.
Al momento de la entrevista (lunes por la mañana en Australia), no había sido contactado por los promotores del evento para revisar la situación, pero al reflexionar en la situación, reconoció que pudo haber tenido un final menos afortunado.
«El pedazo de escombro era bastante grande, y de pie justo a mi lado estaba mi prometida, y ella es un poco más baja que yo, así que donde me golpeó en el brazo, probablemente la habría golpeado en la cabeza», expresó.
«Me siento afortunado de que no haya sido peor».
Derivado del accidente de Magnussen, la Dirección de Competencia ondeó la bandera roja, lo que precedió al reinicio en el que varios autos – como los dos Alpine, el Ferrari de Carlos Sainz y el Aston Martin de Fernando Alonso – se involucraron en una carambola.