Han sido semanas con mucha presión para Sébastien Ogier, quien a diferencia de las veces más recientes, ostenta una lucha intensa en el WRC.
Sin embargo, es en momentos como estos en los que se refleja el talento y experiencia de un campeón de su talla. En Gran Bretaña, donde se convirtió en el piloto más ganador en la historia del Rally de Gales, reconoció que ante el abandono de Ött Tänak y los errores que perjudicaron el resultado de Thierry Neuville, había que exponer un manejo perfecto y sin errores para asegurar el primer lugar.
«Hubo mucha emoción para nosotros este fin de semana», admitió en la conferencia de prensa posterior al evento. «No comenzamos tan bien el viernes, tuvimos problemas temprano con la transmisión y me encontraba ya lejos del liderato. Por supuesto en ese momento no estaba feliz, pero pensé: ‘Ve hacia adelante y haz lo que puedas’… hice eso y me encontré en la pelea por el podio con Jari (Matti Latvala, Craig (Breen) y Esapekka (Lappi)».
Lo que Ogier, y el resto del contingente, no imaginaban era que Tänak, quien había ganado las tres competencias previas y que parecía estar encaminado a volver a dominar un evento en caminos mayoritariamente conformados por tierra, se quedó detenido por un problema en su radiador
El mismo integrante de M-Sport describió sentir algo «extraño», ya que sostuvo un capítulo nuevo contra Jari-Matti Larvala, quien al contar con el Toyota Yaris, también se convirtió en un rival importante, lo cual demostró al iniciar el domingo, aunque las últimas tres etapas del pentacampeón actual, con el último esfuerzo, le permitieron hacer diferencia.
The 5th one in GB! 🏆🏆🏆🏆🏆@WalesRallyGB #WRGB #WRC 🇬🇧 pic.twitter.com/8trYOeKQyN
— Sébastien Ogier (@SebOgier) October 7, 2018
«Yo esperaba hacer algo en la sección de asfalto esta mañana», dijo en relación con sus posibilidades para el domingo. «Necesitaba ser rápido en la última etapa de bosque y dar todo lo que tuviera. El plan era al menos igualar su ritmo».
«Cuando crucé la línea le dije a Julien (Ingrassia, su copiloto): «No puedo hacer más, es lo mejor que puedo hacer’. El tiempo siguió a mi sentimiento y fuimos un poco más rápidos que Jari. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve una batalla así con Jari y Miikka (Anttila), por supuesto hemos tenido muchas como coequiperos pero menos recientemente. Lo disfruté».
Aunque reconoce que no está en el lugar que quiere, Ogier está agradecido porque la suerte estuvo de su lado y recortó su desventaja ante Neuville a siete puntos con dos eventos restantes. Ahora, su misión será volver a encontrar el rendimiento óptimo de su Ford Fiesta para las últimas dos rondas del Mundial.