2016 ha sido un año grandioso para Max Verstappen en F1.
Primero consigue la promoción de Red Bull a Toro Rosso, mitad por los incidentes de Kvyat con Vettel, la otra mitad por su buen desempeño. Inmediátamente después, a días del cambio consigue su primera victoria en la máxima categoría, en parte por que los Mercedes chocaron y en parte porque Max se encontraba en una posición inmejorable que aprovechó de gran manera.
Max ha logrado una gran adaptación con Red Bull, a tal grado que desde su llegada ha superado ya a Daniel Ricciardo en puntos en las carreras disputadas como compañeros y en el GP Británico pudo superarlo por primera vez en calificación, parece que todo le sale bien al piloto holandés. Recientemente obtuvo el trofeo Lorenzo Bandini como reconocimiento a su destacada temporada como novato en la que alcanzó 2 cuartos lugares y obtuvo 49 puntos.
Toda esta escalada de triunfos Verstappen lo festeja a su manera, comprando un Porsche 911 GT3 RS que cuenta con un motor de seis cilindros boxer 4.0 con una potencia de 500 CV que se entrega a las ruedas traseras a través de un cambio automático PDK de siete velocidades.
El piloto holandés sabe lo que quiere.