Casi japonés
La evolución que han experimentado las marcas y modelos coreanos en los últimos años es sorprendente. Han hecho en un par de décadas lo que a los japoneses les tomó casi medio siglo. No se habían distinguido por ser grandes fabricantes de autos, y ahora Hyundai/Kia se proclama no sólo como la armadora más grande de su país, sino como el cuarto a nivel mundial, apenas atrás de Toyota, GM y VW, y delante de gigantes como Ford y Nissan. En México busca repetir la fórmula a un año exacto de iniciar operaciones.
Su modelo insignia es el Optima, un sedán mediano de lujo que no la tiene nada fácil, pues enfrenta a productos muy bien posicionados como Toyota Camry, Honda Accord, Nissan Altima, y VW Passat. Para convencer ha tenido que ofrecer algo de todos. Tiene un diseño poco convencional, del que destaca la línea superior de las ventanas y su caída hacia la cajuela, así como la forma agresiva de los faros y la parrilla. Podrán encantar o no, pero al menos no son convencionales. Con casi 4.9 metros de longitud, el Optima ofrece un interior muy amplio, con espacio de sobra para cinco pasajeros, materiales de buena factura, y una de las insonorizaciones mejor conseguidas del segmento; no se escucha el exterior.
La versión probada es la tope, que incluye rines de 18”, faros de xenón con alumbrado en curva, cámara de reversa, alerta de cambio de carril, persianas traseras, equipo de audio Harmann-Kardon, sistema de navegación y asientos con ventilación y calefacción, entre otros. Este modelo tiene motor 2.0 litros turbo de 240 caballos y caja automática de 6 cambios, conjunto que resulta suficiente para mover su gran masa con soltura. Acelera y recupera muy bien, pero también gasta mucho, apenas 9 kpl de media. La suspensión apuesta por la comodidad, pero en exceso, pues resulta muy blanda. Es un coche muy completo y competente, sin duda, pero le falta el sabor deportivo del Mazda 6, y los acabados y lujo del Passat.
VÍCTOR ORTIZ