Los problemas en el Nürburgring dejan a Alemania luchando por conservar su lugar permanente en el calendario
El lugar anual del Gran Premio alemán en el calendario de la F1 podría estar en peligro si no se encuentra una solución inmediata a los problemas financieros del Nürburgring, pues se iniciaron procedimientos de insolvencia contra el circuito por parte del gobierno estatal de Rhineland-Palatinate, que es dueño del 90% de la compañía operadora Nürburgring Automotive.
Como resultado hay dudas sobre si Nürburgring será capaz de albergar el GP alemán de 2013. Y aunque Hockenheim tiene un contrato para hacer la carrera en años pares hasta 2018, se rehúsa a ser la sede anual hasta que pueda generar más dinero o negociar una rebaja con los organizadores de la F1.
Aunque una solicitud que hizo el Nürburgring para recibir alrededor de 16 millones de dólares en ayuda estatal que mitigaría su insolvencia en el corto plazo, está siendo analizada, las posibilidades de que se apruebe a tiempo para salvar el GP de 2013 son pocas.
También se requeriría una reducción en la cuota por albergar la carrera para que el Nürburgring sobreviva y se ha sugerido que Bernie Ecclestone podría tomar la promoción del evento por una cuota risible a cambio de todas las ganancias que se generen.
Si no se hace este cambio, lo más probable es que Hockenheim siga con su contrato actual, alternándose con el GP belga en Spa-Francorchamps, y que Nürburgring sea eliminado. Entonces, hay una amenaza bastante real que uno de los GPs clásicos de la F1 pueda convertirse en un evento bianual.
Al campeonato mundial le ha faltado una carrera en suelo alemán solo tres veces desde su creación en 1950, pero mientras Alemania está supuestamente protegida como uno de los cinco GPs “clásicos”, esto quiere decir poco, pues solo aplica si existen términos financieros razonables.
El GP francés, por ejemplo, también fue un “clásico”, pero desapareció de la F1 después de 2008. Mercedes ha sido uno de los apoyos más fuertes del campeonato mundial en los últimos 18 años, y su director deportivo, Norbert Haug, confía en que Nürburgring aún tiene un futuro brillante por su popularidad como sede de carrera. Sin embargo, subrayó la necesidad de que el GP se mantenga en los años venideros. “Es muy importante.
Es uno de los clásicos. Han habido carreras de GP en el Nürburgring antes que existiera la F1. Las ‘flechas plateadas’ nacieron en Nürburgring, así que hay una gran tradición y estamos muy interesados en que se conserve”.
El viejo Nordschleife que forma la base de esta tradición ha cedido su lugar a una instalación mucho más moderna, la cual, como dice Haug, aún es una sede nacional e internacional muy solicitada. Sus problemas financieros se deben principalmente a un intento mal guiado de convertirlo en un complejo de entretenimiento, que hasta el momento ha costado casi 500 millones de dólares (MDD).
Parece inconcebible que un circuito tan popular no pueda sostenerse a sí mismo. Incluso si no cae en la insolvencia, es difícil ver cómo la carrera de 2013 pueda llevarse a cabo, dados los añejos problemas de rentabilidad padecidos por el Nürburgring y Hockenheim.
Hay un rayo de esperanza, sin embargo. El año pasado, la F1 acordó un descuento del 25% en la cuota del Nürburgring por albergar la carrera. Directivos del circuito visitaron el GP alemán en Hockenheim para buscar un acuerdo similar para 2013, aunque Bernie Ecclestone no asistió. Su disponibilidad para rebajar el precio el año pasado sugiere que estaría dispuesto a hacerlo otra vez.
Con cada vez menos sedes capaces de financiar carreras en Europa, quizás sea tiempo para que la F1 considere seriamente si sus cuotas exorbitantemente altas están haciendo imposible la rentabilidad para los organizadores sin apoyo gubernamental y matando la serie en la escena de su surgimiento.