Tras la operación del antebrazo de Dani Pedrosa en abril, que lo mantuvo al margen de las carreras, y la rotura del dedo de Marc Márquez previa al GP de Jerez, que lo hizo perder fuerza, el equipo Honda del Mundial de Motociclismo regresó a estado de salud razonable con sus pilotos ya recuperados en ambos casos y listos para darle la batalla a las Yamaha y Ducati en Le Mans. Pero en el campo italiano Andrea Iannone llegó al circuito Bugatti, sede del GP francés, con un hombro dislocado tras caerse probando en Mugello su Ducati GP15.