Por undécimo año seguido el campeón del Mundial de Rallies (WRC) es un francés llamado Sebastien, igual que en 2013, Ogier, sobre un Polo R, auto que dominó a los i20 de Hyundai, DS3 de Citroën y Fiesta RS de Ford en las rutas del planeta.
El polaco Robert Kubica fue la sorpresa grande de inicio de temporada liderando las primeras etapas en Montecarlo, aunque luego Ogier retomó el mando. En Suecia, con nieve Latvala venció, pero Ogier ganó México y Portugal antes que Latvala lo batiera en las terracerías largas de Argentina. Sebastien ganó en Cerdeña y Polonia, mientras Jari Matti vencía en casa, Finlandia, por 3.6 segundos.
En Alemania se salieron los dos y triunfó el belga Thierry Neuville en el Hyundai. Ogier volvió a abrir su ventaja ganando en Australia pero en casa, Francia, se salió y Latvala ganó. Ogier aseguró el título en España, y en Gales (GB) ratificó por qué es el bicampeón. A Latvala le toca cargar con la lápida de ser el eterno segundo, como lo fue antes en Ford. Y Andreas Mikkelsen, tercero, debe pelear el título en 2015.