Decir Fittipaldi, incluso en México, es decir piloto de carreras al más alto nivel. De hecho en México en los años 70 si andabas tantito rápido en tu auto tus amigos comentaban, “¿Te sientes Fittipaldi?”, como acepción de piloto veloz, así como en los años 50 ese significado lo tuviera Taruffi, el gran ganador de la Panamericana. Pero Fittipaldi es más que pensar en Emerson, el bicampeón mundial y biganador de la Indy 500. La historia comenzó mucho antes que Emerson siquiera naciera. Veamos…
BARAO
La leyenda inicia con Wilson ‘Barao’ (Barón, por su porte noble) Fittipaldi, hijo de inmigrantes italianos, nacido en 1924 quien se interesó en las carreras desde joven. Se casó con Jozefa (‘Juze’, fallecida en 2006) Wojciechowska, hija de inmigrantes polacos y procrearon a Wilson Jr. (Tigrao – Tigre) y a Emerson (Rato – Ratón) a quienes alentó a correr desde temprana edad, mientras él era el creador de las 1000 Millas de Brasil en 1956, la carrera premier de autos en su patria, además de otras series y se convertía en la voz oficial del automovilis- mo. Sin embargo, no los apoyó con dinero, sino que les dio contactos para fundar su empresa de accesorios y arreglo de autos, e incluso construyeron algunos autos para la series locales como un VW bimotor y un Porsche-Fittipaldi.
Alentado por el éxito de Emerson, quien tras varios campeonatos locales viajó a Inglaterra en 1969 para correr la F3 y al año siguiente ya era miembro del equipo Lotus de Fórmula Uno, consiguió los apoyos para traer un Gran Premio a Brasil y organizó una serie de carreras en 1971, no puntuables, para que en 1972 apareciera por primera vez el GP en el calendario oficial de F1, y él tuvo el gusto de narrarlo, así como la coronación de su hijo Emerson –a la sazón el más joven en lograr el título de F1 a los 25 años– al final de la temporada en Monza.
Siguió activo en el automovilismo como apoyo de sus hijos y sus proyectos, y siendo el patriarca de la familia, recibiendo homenajes de todos los sectores del au- tomovilismo brasileño porque su esfuerzo hizo que la nación sudamericana se volviera una potencia mundial en el deporte motor, algo en lo que habían estado atrás de Argentina y México en las primera décadas de la F1. ‘Barao’ murió el 11 de marzo pasado, por un mal respiratorio, a los 92 años de edad.
WILSON
El hijo mayor, nombrado igual que su padre y nacido en 1943, familiarmente llamado ‘Wilsinho’. Fue un piloto destacado en Brasil, pero llegó a la F1 con apoyo de su hermano Emerson, tras campañas en F3 en 1970 y en F2 en 1971, por lo cual Bernie Ecclestone lo subió al segundo asiento de Brabham para 1972.
Sus resultados no fueron comparables a Emerson por lo que en 1974 se tomó un año sabático para irse a manejar el proyecto del primer auto brasileño de F1, el Copersucar Fittipaldi, con el cual debutó en 1975 y al cual atrajo a Emerson en 1976 con lo que se retiró de la máxima categoría como piloto.
Tras el cierre del equipo Fittipaldi en 1982, Wilson se dedicó a impulsar a su hijo Christian a la vez que se hacía cargo de algunos negocios familiares y últimamente derivó a diseñar yates para millonarios aprovechando su experiencia en el mundo de la F1.
EMERSON
El joven de los hermanos Fittipaldi –nacido en 1946– y el más exitoso, al estilo de Jackie Stewart, uno de sus grandes rivales en las pistas. Emerson fue campeón brasileño de Fórmula Vee y se fue en 1969 a Europa a correr F3, consiguió un título con el equipo oficial de la escuela Jim Russell, que usaba autos Lotus, lo cual hizo que para 1970 Colin Chapman lo nombrara tercer piloto de la escuadra inglesa y debutó en el GP británico, consiguiendo puntos en su segunda carrera, en el Nürburgring, pese a usar el viejo Lotus 49C. El segundo volante, John Miles, dejó la escuadra de Hethel, Jochen Rindt se mató en las prácticas del GP de Italia y para su cuarta carrera, el GP de EUA en Watkins Glen, Emerson era el líder del equipo y respondió ganando sobre el Lotus 72C, asegurando de paso el título póstumo para Rindt. Esta victoria detonaría el automovilismo en Brasil.
Posteriormente vendría el título de 1975 antes de enrolarse con el proyecto familiar del Copersucar F1 en 1976, donde su carrera fue cayendo en declive lentamente hasta que dejó las pistas en 1980 y dirigió la escuadra desde los fosos un par de temporadas más.
Cuando su equipo cesó de existir, Emerson se dedicó al cultivo de cítricos en Brasil, siendo uno de los grandes productores de su país, en 1984 aceptó correr en un March prototipo en Miami con el promotor Ralph Sánchez, y pronto estaba de regreso en las pistas en la serie CART. Para 1985 lo contrató el equipo Patrick Racing y empezó a despuntar ganando en el óvalo de Michigan ese mismo año y culmina en 1989 con el triunfo en la Indy 500 y su primer campeonato. Su triunfo hizo que los pilotos sudamericanos enfocaran los ojos hacia Estados Unidos, en donde se han manteni- do entre los mejores desde entonces.
Emerson siguió en CART hasta 1996 – ganando otra Indy 500 en 1993– cuando un choque en el superóvalo de Michigan lo semirretiró y al año siguiente, cuando tramaba regresar sufrió un accidente en un avión ultraligero en sus huertas en Brasil y apenas sobrevivió, por lo que se retiró definitivamente. Sin embargo, permaneció en el deporte como dueño de equipo en CART en 2003 y luego con la escuadra brasileña de A1GP, y actualmente es el promotor de la 6 Horas de Sao Paulo del Mundial de Resistencia (WEC), además de ser un ícono del automovilismo mundial.
CHRISTIAN
El hijo de Wilson, nacido en 1971, siguió la carrera familiar al coronarse primero en la F3 en Brasil en 1989 y luego en la F3 Sudamericana en 1990 antes de ir a Europa, donde consiguió el título de la F3000 (equivalente a GP2) en 1991 y debutó al año siguiente con Minardi, escuadra italiana en la que corrió dos temporadas antes de pasar a Arrows-Footwork, pero su mejor resultado fue un cuarto sitio, dos veces, y para el año siguiente emigró a Estados Unidos a correr en la serie CART junto a su tío.
En su primer año fue el novato de la Indy 500 en la que quedó segundo aunque tardaría otros cuatro años en lograr su primer triunfo, pese a correr con el afa- mado Newman-Haas Racing. Su mejor temporada fue la última, 2002, en la que quedó quinto general, pero ya para entonces estaba probando en NASCAR, donde correría una campaña intermitente con el equipo Petty Enterprises, aunque no logró mucho.
En 2004 ganó en la Grand Am el
inicio de la temporada, las 24 Horas
de Daytona, y ha seguido corriendo en autos prototipos hasta la fecha, y en las 24 Horas de Le Mans con autos GT, mezclando sus campañas con las de la serie Stock V8 brasileña e incluso par- ticipó en algunas fechas de la A1GP en el equipo Brasil de su tío Emerson. Se mantiene activo, corriendo con su usual talento en series de resistencia.
PIETRO
Pietro Fittipaldi es nieto de Emerson Fittipaldi. Es hijo de Juliana, la hija mayor de Emerson y competía desde corta edad en los campeonatos de kartismo de Florida, en donde nació y radica con su madre y su padre Gugu da Cruz, junto con otro hermano, Enzo, quien ya empieza a correr.
Pietro se fue por la ruta de lo que estaba disponible localmente, que es la NASCAR enraizada en el sur de Estados Unidos y en 2011 fue el primer brasileño en sacar una PP y triunfar en la categoría Limited Late Model (LLM) de NASCAR, en la pista de Hickory, cercana a Charlotte. Al año siguiente, conquistó el LLM de la serie NASCAR Whelen All American, pilotando un Chevrolet V8 de 530 caballos, con el equipo Lee Faulk Racing.
Pietro comentó entonces: “Mi abuelo es quien más me incentiva. Si no fuese por él, yo no habría ingresado en esta profesión y conquistado mi primer campeonato a los 15 años. Mi abuelo y mi padre me regalaron un kart a los cinco años, cuando ingresé a las categorías básicas, y mi abuelo estuvo presente en varias etapas del campeonato, brindándome información y dándome más seguridad. No podría dejar de regalarle este trofeo. Él es mi ídolo”. Bueno y de algunos millones más de aficionados en el mundo, aunque no sea su abuelo.
Sin embargo, algo no cuadraba y si llevas el apellido Fittipaldi, existe un deber familiar de probar en monoplazas, por lo que tras pláticas y negociaciones, el piloto resolvió dar un gran giro en su carrera, se mudó a Europa y va a participar en dos campeonatos ingleses en 2013, la F4 y la Fórmula Renault BARC, ambos con el patrocinio de las firmas Embratel y Claro, por lo cual incluso se integra a la Escudería Telmex, el equipo premier de deporte motor en América Latina.
Para Emerson, Pietro tiene un gran porvenir y opina: “Pietro es un regalo para todos nosotros. Estamos muy orgullosos de nuestro muchacho, que fue el primer latinoamericano que ganó un título de NASCAR. Pietro es un gran apasionado de lo que hace. Es dedicado, se esfuerza y va a tener grandes desafíos por delante”.
EL FUTURO
Pero Pietro tiene un hermano menor, Enzo, quien ya corre y destaca en los óvalos cortos de NASCAR (1/8 milla, o 201 metros), y en el horizonte aparecen Marco y Mateo Papis Fittipaldi, hijos de Tatiana, la otra hija de Emerson, y su marido, el piloto italiano ex F1 y CART, Max Papis. Marco ya tiene seis años, Mateo anda en los cuatro y ambos tienen karts donde enseñan la destreza que viene por los dos lados de la familia.
Y Emerson tiene un hijo de su tercer matrimonio, Emerson II nacido en 2007, quien es también un apasionado de los autos desde chico y podría seguir los pasos de su padre. O sea que hay Fittipaldis para rato, y qué bueno, porque corren con casta de campeones.