A diferencia de los diseños rebuscados y hasta escandalosos que se pueden encontrar en el segmento de los sedanes medianos (léase Chrysler 200, Ford Fusion, Mazda6, Nissan Altima, etc.), VW aparece con una renovación muy discreta del Passat, como no queriendo llamar la atención, algo que no sabemos si es bueno o malo a la hora de vender coches. Hace falta ver al Passat estacionado junto al anterior para entender qué cambia: fascias delantera y trasera, cofre, rines, faros, calaveras, y poco más.

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En el interior se repite la historia, pues la disposición de los mandos es igual. Lo que cambia es la posibilidad de elegir entre tres tipos de acabados y colores de vestiduras. Se aprecia una buena calidad general, prácticamente libre de imperfecciones en el ensamble, aunque se llegan a encontrar algunos plásticos que acusan reducción de costos; no olvidemos que “nuestro” Passat se fabrica en EUA y no en Europa, como el CC. Hay algo más de equipamiento tanto de serie como opcional que no se incluía anteriormente, como la aplicación APP Connect, que mejora la conectividad, o el monitor de presión de llantas. Además, ciertas versiones se podrán pedir con sensores de estacionamiento delantero y trasero, faros y calaveras con iluminación LED completa, sistema de estacionamiento semiautomático, sistema de navegación con pantalla táctil de 16 cm y equipo de sonido Fender, entre otros.

Sin embargo, deja a desear que VW de México no actualizó la oferta mecánica en el Passat, pues mientras en EUA ya se ofrece de serie con el motor 1.8 TSI desde hace mucho, para México continúa con vida el sempiterno 5 cilindros de 2.5 litros que entrega 170 caballos. Si bien es un motor de potencia suficiente para el cliente objetivo del coche, el turbo hubiera sido la opción ideal en la búsqueda de mayor refinamiento, eficiencia y potencia; el 2.5 ya sólo se fabrica en Puebla y se combina con la conocida caja automática de seis cambios.

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En la parte alta de la gama se conserva el V6 de 3.6 litros que entrega 280 caballos con una caja DSG de doble embrague y seis marchas. Este motor tampoco es novedad, aunque sí le permite al Passat posicionarse como uno de los más rápidos del segmento. El chasis no recibió ajustes importantes, lo que quiere decir que el Passat sigue apostando más por la comodidad de marcha que por el desempeño dinámico, lo que aparentemente prefieren sus clientes.

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VÍCTOR ORTIZ