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Mejor momento no pudimos tener para probar a mediano plazo el Toyota Prius nuevo: cuando el alza en el precio de la gasolina en México es motivo de protestas y descontento

Por Alberto Heredia

Como ya sabemos, el Prius es muy efectivo ahorrando combustible en la ciudad, así que decidimos llevarlo a unos terrenos más exigentes: las carreteras de México. El destino elegido fue Oaxaca, ya que ofrece una mezcla excelente de rectas, pendientes pronunciadas y curvas mixtas que nos permitió exigirle a este auto de motor híbrido. Partimos con tanque lleno, dos ocupantes y maletas medianas.

Percibimos un habitáculo espacioso, de parabrisas y ventanas amplios; no así el medallón trasero, cuya visibilidad es considerablemente reducida por la aerodinámica del auto.

La posición de manejo no es difícil de hallar gracias a los controles eléctricos y unos asientos que ofrecen buen soporte lumbar y sujeción. Sincronizamos nuestro celular de manera sencilla con el sistema de infotenimento para escuchar buena música durante el trayecto. Una vez al volante y tras presionar el botón azul de encendido, apareció ante nosotros toda la información necesaria para buscar optimizar el consumo de combustible. Para ello, hicimos uso de tres modos de manejo –de los cuatro que ofrece el auto–: “ECO” para los tramos de ciudad o cuando el tráfico se veía afectado por las reparaciones habituales que requieren las carreteras mexicanas; “Normal” en los descensos y rectas; y “Power” para rebases y pendientes.

Una vez que iniciamos en la carretera México-Puebla, el auto hace gala de su coeficiente aerodinámico mejorado y toma velocidad casi al instante, rueda a 155 kph con estabilidad ejemplar. En el tramo de montaña nos recuerda su naturaleza urbana y tendencia al subviraje, con ligeros balanceos, pero sólo si lo llevamos a límites no propios para un Prius.

El tramo Puebla-Tehuacán fue complicado por la constante reducción de carriles, momento que aprovechamos para transitar con el modo “ECO”.

Tomamos la desviación a Oaxaca e inició la diversión con el tramo de pendientes y curvas, mientras caía la noche. Nos encantó la distancia y amplitud de iluminación de las ópticas LED.

Los rebases no fueron problema con el modo “Power”, pero es importante señalar que la batería debe contar con al menos 50% de carga para que el motor eléctrico colabore y la respuesta de aceleración sea casi inmediata. De lo contrario, sufriremos y el consumo se verá considerablemente afectado.

En un tramo tan sinuoso, es importante el frenado y el Prius cumple. El tacto del pedal es suave y un poco más largo de lo acostumbrado, la fatiga se hace sentir de manera moderada, nada que deba alarmar.

Al fin terminaron las curvas y pudimos volver a acelerar para ingresar a la ciudad de Oaxaca. El trayecto de 6h30m fue cómodo y bastante satisfactorio. Hasta ese momento el consumo promedio que mostró la computadora fue de 20 km/l, bastante razonable, considerando que no fuimos muy exigentes con el motor, pero tampoco reservados; fue el uso que daría el conductor promedio de este auto. Aún nos quedaba poco menos de medio tanque en el auto.

Oaxaca Día 1 Recorrido: 119.6 km

Iniciamos en el Ex Convento de Cuilapan, seguido por las ruinas arqueológicas de Monte Albán, Mitla y terminamos en el árbol del Tule. Se transitó por zonas urbanas y carretera, todas asfaltadas. Sólo Monte Albán tenía pendiente, pero no muy pronunciada. Al terminar el día nos quedaba poco más de un cuarto de tanque para usar.

Oaxaca Día 2 Recorrido: 133.8 km

Llenamos tanque y partimos rumbo a Hierve el Agua, tuvimos la fortuna de conducir en la carretera nueva, Mitla-Itsmo de Tehuantepec, muy bien trazada y de panorámicas impresionantes. Circulamos a velocidad buena, siempre en modo “Normal”. Tomamos la desviación al poblado de San Lorenzo Albarradas, avanzamos hasta un tramo pequeño de terracería en condiciones buenas. En todo momento el Prius se sintió cómodo y el aire acondicionado automático hizo el trayecto agradable. Al regresar al centro de Oaxaca, consumimos casi un cuarto de tanque.

Oaxaca Día 3 Recorrido: 71 km      

Antes de regresar a la CDMX, visitamos la zona arqueológica de Yagul, probamos de nueva cuenta la eficiente y cómoda suspensión, ya que el asfalto presenta total ausencia de mantenimiento y hay que elegir cuál bache queremos, porque no puede evitarse caer en uno.

Regreso a México

Si bien el cambio de altitud no es tan drástico –sólo 695 m–, se deja sentir en la potencia del auto y el consumo, iniciamos el regreso con tres cuartos de tanque y recién tomamos la carretera Puebla-México, cargamos un poco de gasolina para no vernos comprometidos.

Llegamos a la Ciudad de México con poco menos de medio tanque, un consumo promedio de 20 kpl y 1,350.7 km recorridos.