Por César González Gómez

En el pasado Salón del Automóvil de Ginebra se presentó el McLaren P1, un híper auto que pretende emular en la calle la experiencia de la pista donde el fabricante británico ha construido una leyenda. El P1 tiene el más reciente elemento tecnológico que se ha trasladado de la pista a la calle: el Sistema de Reducción de Arrastre (DRS). Se trata del famoso mecanismo que debutó en la F1 en 2011 en el que el piloto ajusta manualmente el alerón trasero para reducir resistencia y ganar velocidad en línea recta. El DRS se suma a un amplio caudal tecnológico que se ha trasladado de las carreras al uso cotidiano. Aquí les mostramos otros seis elementos que se han vuelto emblemáticos en la transferencia de tecnología de la competencia al uso cotidiano.

Frenos de disco

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En 1976, el equipo Brabham fue el pionero en el uso de frenos de disco reforzados con carbono en la máxima categoría donde la exigencia en los frenos genera temperaturas muy altas que son mejor gestionadas por el compuesto de carbono.

Aunque no son prácticos en la calle, los frenos de disco de carbono se han utilizado en autos citadinos desde mediados de los 90 cuando la marca francesa Venturi los introdujo en sus autos. Ya en 2002, Ferrari se convirtió en la primera marca en incluir este tipo de frenos como estándar en sus autos de calle y el modelo Enzo fue el primero en montarlos.

Doble embrague

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Fue Porsche el que desarrolló la tecnología de transmisión con doble embrague (PDK) para las carreras, implementándola en su modelo 962 a partir de 1984, cuando se convirtió en uno de los mejores autos de la historia en carreras de prototipos con más de 50 triunfos.

En 2003, el Golf Mk4 R32 de Volkswagen, que salió solo para el mercado alemán, es considerado el primer auto de producción con doble embrague. Unos meses después le siguió el TT 3.2 de Audi, este sí, a la venta en todo el mundo.

Supercargador

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En la exposición automotriz de 1921 en Berlin, Mercedes presentó los primeros modelos de pasajeros con motor supercargado, los 6/20 hp y 10/5 hp de cuatro cilindros, que tenían un dispositivo de doble hélice para inyectar aire y generar propulsión adicional.

En las carreras, los motores supercargados habían estelarizado desde mayo de 1908 cuando Lee Chadwick, uno de los pioneros en el desarrollo de esta tecnología, ganó con su coche en Pensilvania en la que se considera la primera participación de un auto de carreras con inducción forzada. Los motores supercargados prevalecieron en las carreras desde entonces y eran una de las opciones cuando inició el Campeonato Mundial de Fórmula Uno en 1950.

ABS

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En las carreras es un auto histórico el que tiene el honor de haber sido el primero en portar frenos antibloqueo (ABS): el Ferguson P99 que debutó en Silverstone el 8 de julio de 1961. Ese auto, además, también fue el primero en tener tracción en las cuatro ruedas y el último auto con motor delantero en participar en una carrera de F1. Dicha tecnología tardó en transferirse a los autos de calle y no fue hasta abril de 1985 cuando salió el primer auto de producción que utilizó frenos ABS: el Ford Granada MKIII. Se llevó el premio al mejor auto europeo del año.

Motores Multiválvulas

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El primer auto en tener un motor con válvulas múltiples en cada cilindro fue uno de competencia, el Peugeot L76 Grand Prix en 1912. La tecnología fue evolucionando con el paso de los años en diversas categorías de carreras, incluida la F1, pero o fue sino hasta la década de los 70s cuando se trasladó a los autos de calle.

El Jensen Healey de 1972, de fabricación británica, es considerado el primer auto de producción que contó con un motor de estas características. Era propulsado por un Lotus 907 de 16 válvulas. Fue en las décadas de los 70 y 80 cuando esta tecnología se desarrolló más. En 1985 Maserati llegó a producir un auto con 6 válvulas en cada cilindro.

KERS

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El Sistema de Recuperación de Energía Cinética (KERS) puede revolucionar y volver más apetecible a la tecnología híbrida. En la F1 se aprobó en 2009 aunque se habían realizado pruebas desde el año anterior. En cada frenada, el KERS guarda energía en volantes de disco o en baterías, y luego puede desplegarla en el momento en que el piloto lo desea. Esta energía produce una dosis corta y potente de aceleración.

Apenas un año después, en el Salón de Ginebra de 2010, Ferrari ya estaba presentando un auto conceptual de calle con KERS incluido en un intento por adoptar tecnologías limpias que, además, puedan sumar potencia adicional a la experiencia de manejo. Ya en 2013 Ginebra albergó las presentaciones de los hiperautos, el P1 de Mclaren y La Ferrari, ambos con un KERS que les proporciona más de 150 caballos adicionales.