Por Carlos E. Jalife Villalón

“How can right be ever wrong, we are the glory …” Dio

En 2014 no solamente la Fórmula Uno cambia las reglas sino también el Automobile
 Club de l’Ouest (ACO), que dicta las reglas de las 24 Horas de Le Mans y del Mundial de Resistencia (WEC), trae nuevas ideas que se basan en que los autos simplemente tengan un monto específico de energía que pueden gastar por vuelta y la forma en que la consigan es su problema, por lo que las tecnologías alternativas deben florecer y eso bajará a los autos de calle, que es lo que le interesa a los fabricantes que participan en las carreras de autos.

El atractivo de la idea es amplio y aunque Peugeot abandonó el WEC apenas al inicio de 2012, Toyota entró al quite, con mucha de la misma gente técnica que empleaban los galos, y enfrentó a Audi con bastante éxito, algo que no es fácil hacer ni en el papel.

Ahora ya se anuncia la llegada de Porsche para correr 
en la clase superior
 de prototipos LMP1, y Nissan espera regresar con un auto híbrido aún más extremo que debutará en Le Mans en 2014, con vista a correrlo en el futuro de tiempo completo en el Mundial.

En la clase de autos Gran Turismo 
(GT) la batalla entre Ferrari y Porsche, que siempre amenizaba desde tiempo inmemorial las carreras de resistencia, se ha repetido, pero ya hay otros interlocutores como Corvette, el músculo gringo que no se rinde; Aston Martin, la elegancia secreta inglesa; y
 en el futuro esperan regresar, con las adecuaciones planeadas para emparejar la clase GT3, Bentley, Audi, Mercedes, Lamborghini, BMW, McLaren, Jaguar, Peugeot y algunos otros fabricantes que ya compiten, o están por hacerlo, en las series de GT del mundo.

Yo soy parcial a los autos de resistencia porque crecí en una época en que 
un mexicano era el mejor del mundo 
en ellos, y quizás sea el mejor de la historia, pero mi opinión sería subjetiva probablemente. El caso es que me da mucho gusto ver ese renacer de
 las competencias de resistencia con grandes marcas y ahora solamente falta que los pilotos de F1 crezcan y decidan correr en ellas, porque al no hacerlo difícilmente pueden decir que son los mejores. Sigan el ejemplo de Loeb.

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