regiomontano Esteban Gutiérrez firmó en la F1 incluso antes que su compatriota Pérez, en septiembre de 2010 como piloto juvenil, reserva y probador de Sauber, cuando acababa de coronarse en GP3. Tras dos años en la GP2, en los cuales solamente probó una vez con la escuadra suiza –en la primera práctica del GP de India en 2012– el mexicano fue ascendido al asiento dejado vacante por su compatriota Pérez y debutó en la categoría máxima del automovilismo en 2013 como coequipero del alemán Nico Hulkenberg, ex campeón de GP2 y A1GP, además de tener 39 grandes premios más que el novato azteca.

Esteban es conocido como un piloto cerebral, que estudia y analiza antes de arriesgar, pero el inicio de la campaña no pudo ser peor, con apenas tres calificaciones en la Q2 en la primera mitad de la campaña, y cero puntos, siendo su mejor resultado un undécimo en España, donde logró la Vuelta Rápida gracias a calzar neumáticos frescos unos giros antes del final y lideró sus primeras vueltas de F1 cuando se desfasó en el cambio de neumáticos. Pero frecuentemente se le vio perdido, batallando con los pilotos de los coleros de siempre –Marussia y Caterham– y los poco desarrollados Williams. No pudo batir a Hulkenberg en calificación alguna y la situación no mejoró después del receso en las dos pruebas europeas que restaban, Bélgica e Italia.

Sin embargo, una actualización del tren trasero en Singapur, donde sin conocer la pista, se metió por primera vez en el año a la Q3, lo hizo más veloz y calificó delante de su coequipero, quien sonaba para irse a Ferrari. Se dice que la última adecuación del Sauber C32-Ferrari hizo que el auto se comportara mejor y se agarrara más al asfalto, lo cual le dio a sus pilotos la oportunidad de pelear a media tabla. En Corea mejoró al calificar octavo y en Japón, aunque no pasó a la Q3 sí hizo una gran largada y estuvo en los puntos virtualmente toda la carrera para terminar séptimo y marcar seis tantos.

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El resultado en Suzuka hizo concebir esperanzas, pero los resultados no se concretaron por una u otra razón y el mexicano no volvió a marcar, aunque terminó como el mejor novato del año con esos 6 tantos nipones. Lo peor del caso fue que perdió en calificaciones 1-18 con Hulkenberg, la desproporción mayor de la categoría en todo 2013. Y además al no pasar a la Q2 quedaba condenado a arrancar muy atrás y aunque siempre ha sido un buen largador, tener que remontar desde el fondo no es conducente a la idea de marcar puntos pues se pasaba mucho tiempo embotellado atrás de autos más lentos, desperdiciando la vida útil de sus llantas. Mientras tanto, Hulkenberg, generalmente en la Q3, brillaba con luz propia y añadía a la sensación de que Esteban no pertenecía en el gran circo.

Al final hubo algunos destellos de brillantez, pero fueron pocos y espaciados, por lo que las dificultades financieras del equipo suizo hizo que vieran con buenos ojos una oferta de apoyo rusa, que incluía un piloto –Sergey Sirotkin– de 18 años para debutarlo en 2014, aunque a la FIA no le agradó mucho la idea dada la falta de pergaminos del ruso. Esteban estaba en la cuerda floja para la siguiente campaña, aunque sin perder su sonrisa y su equipo ha trabajado para mostrarlo como un piloto que, más allá de su apoyo publicitario, merece otra campaña en la Fórmula Uno por sus credenciales, a las cuales ya pueden añadir la no oficial de Novato del Año 2013. A la hora de cerrar la edición parece que Esteban renovará contrato con los suizos y tendrá otra campaña para mostrarse ante el mundo y dejar de lado la sensación que si no trajera buen apoyo publicitario no estaría en la F1. Como Plan B se sabe que ha visitado a Caterham por si la opción suiza se cae. Pero también necesita profesionalizar su entorno, como Sergio.

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