Robert Kubica manejó un Lotus E20 2012 –pintado con colores Renault– en el circuito de Valencia el martes, donde completó 115 vueltas para llevar a cabo varias pruebas con diferentes cargas de combustible.

El polaco no había conducido un auto Fórmula Uno desde que su accidente de rally que le causó daños graves a su mano derecha en 2011, antes de la que habría sido su segunda temporada con Lotus-Renault.

El piloto de 32 años admitió que la prueba fue un momento emocional para él y que, aunque estaba orgulloso de su desempeño, admitió que la carrera fue agridulce.

«Tengo sentimientos encontrados, estoy orgulloso de lo que logré hoy, pero también me mostró lo que he perdido”, dijo Kubica. «No sé qué traerá el futuro, pero sé una cosa, después de trabajar por más de un año para prepararme para esto, corrí con buen ritmo y fui consistente en condiciones difíciles”.