Carlos E. Jalife Villalón | @scuderiargz

“Next time there may be no next time…”

-The Color Morale

Indudablemente la noticia del año para los mexicanos –ahora que no habrá GP de México en 2014– es que Sergio Pérez deja McLaren al no ser renovado su contrato. Los detalles son muy conocidos, pero hay más fondo que los tweets o FBs de todos aquellos con opinión, la cual expresan aunque no tengan idea de lo que hablan, ya sea los que quieren quemar a McLaren o los que dicen que Sergio nunca fue bueno, ambas posiciones extremistas y ridículas.

Mucho se habla del cambio de Sergio al llegar a McLaren, que muchos tildan de soberbia; del alejamiento con Adrián Fernández –quien dejó de ser su manejador– de una falta de atención con la prensa especialmente la inglesa; de impuntualidad o más bien ‘puntualidad mexicana’; de muchas exigencias y poca obediencia. Y todo mundo tiene un amigo en McLaren que le contó algo y sabe de fuentes bien informadas (o sea los que no tienen lo suficiente para dar la cara y prefieren el anonimato) lo “malote” que era Sergio. La verdad es un poco hartante y no entiendo la costumbre mexicana de bajar a los demás al nivel de cualquier mediocre ratón de la selección panbolera en vez de pensar en superarse y ser uno de los mejores 15 del mundo, como Sergio.

En McLaren públicamente no hablan mal de Sergio, incluso sus ingenieros y Jenson me dijeron que había aprendido y aportado mucho en la temporada; Whitmarsh –con quien me aventé un buen round– también lo defendió como cuestiones privadas y el problema no está, según veo, en su manejo o sus dotes automotrices. El problema viene por otros lados. Los periodistas con los que hablé son amigos de hace muchos años y ninguno tuvo problemas con Sergio, porque son profesionales que conoce, pero sí apuntaron que hay muchos periodistas de lo que sellama “Fleet St.” –que son los sensacionalistas de tabloide británico, que no son expertos en F1 y solamente quieren provocar reacciones para pintarte como un monstruo y para los cuales cualquier cosa que venga de fuera de la isla es nefasta – que lo atosigaban con preguntas insulsas y aparentemente Sergio les perdió pronto la paciencia. Conmigo, fue el chavo de Guadalajara que conozco hace años, cordial, sencillo, accesible, así que no puedo quejarme de trato despectivo, pero yo no estoy encima de cualquier movimiento ni hago marcaje personal, simplemente lo busco cuando se requiere y punto. Quizás si le dieran espacio, o no pretendieran que le cambiaron los pañales cuando era chiquito, otro gallo les cantara a esos pseudoconocedores.

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Yo veo que hay algún problema interno de crecimiento, porque como dicen, “puedes sacar al chavo de Zapopan, pero también necesitas sacarle Zapopan al chavo” y hay un momento en que Sergio tiene que tomar sus alas y volar solo, con un buen agente que no pretenda aprovecharse de él sino que lo guíe en el mundo turbulento de la F1, como el de Jenson o el de Kimi por nombrar dos muy respetables. Como ejemplo veamos a los pilotos de Mercedes: Nico ha sido guiado por su padre –quien también guió a Mika– un ex piloto (y campeón mundial) de F1, mientras Lewis fue guiado por su padre, un ex piloto de autobuses de ruta. Vean quien está en las noticias siempre –no por bueno– y para todo tiene pretextos. La velocidad no basta, ni el cariño, hay que tener una solidez profesional en tu entorno o quedas condenado a los hombres y mujeres que a todo te dicen “sí” y no te ayudan a crecer.

Ojalá Sergio pueda superar este tramo difícil en su carrera, pues tenemos muchos panboleros y pocos deportistas de alto nivel. No necesitamos perder otro.