Aunque las mujeres siempre han competido en el rallismo, son pocas las que lo han hecho en el asiento del piloto, y la más exitosa de ellas, es la francesa Michele Mouton, única subcampeona mundial.

Ella nos cuenta: “Mi pasión viene de mí misma. Mi papá estaba en cosas de seguros, mi mamá era ama de casa. Recuerdo cuando empecé a manejar, mi papá no creía mucho y me dijo que me pagaría un año y que si no lo lograba, eso era todo. Fue un reto y eso fue siempre mi mayor motivación, el reto. Si me ponían un reto eso me hacía superarlo, así es como soy”. Y aunque había empezado de navegante, cuando su papá hizo la oferta ya estaba en el asiento de piloto; ese año acabó en un octavo sitio en la competencia del Tour de France, lo cual cubrió el reto de su padre y aseguró su apoyo.

Para 1974, se coronó campeona francesa y europea de mujeres rallistas y al año siguiente en la pista, ganó las 24 Horas de Le Mans en la clase hasta dos litros, aunque comenta que le “gustaba más el reto del rally que sólo dar vueltas en un circuito, pero en esa carrera pasé a muchos cuando empezó a llover y yo tenía llantas lisas, no de lluvia, y no quería parar en los fosos aunque me lo indicaban”. Esa muestra de su habilidad la había vuelto pilota oficial de Elf y volante codiciada.

Manejó para muchos equipos de rallies, desde sus inicios “en el Alpine A110, un auto increíblemente bello de manejar, maniobrable y rápido; también manejé el FIAT, pero era un contraste, un auto bueno, pero duro de manejar. Definitivamente mi mejor auto fue el Audi Quattro Grupo B, increíble, con potencia de sobra, un auto de verdad” y con él brillaría en el Rally Sanremo en 1981, en el cual batió a todos los grandes, Mikkola, Toivonen, Frequelin –cuyo copiloto era Jean Todt, actual presidente de la FIA–, Alen y Vatanen –quien días antes había declarado que nunca perdería con una mujer– y obtuvo la que sería la primera de sus cuatro victorias en el WRC.

Las otras tres fueron en 1982, cuando quedaríasubcampeona mundial en 1982 sólo batida por Walter Rohrl. Ella comenta “que no tenía un rival especial, ni uno del cual aprendiera algo en específico, todos eran mis rivales y yo lo único que quería era ser tan buena como ellos, no desmerecer, esa era la idea, no pensaba en género, éramos rallistas todos y yo buscaba ser el mejor rallista de todos. Hay pocos deportes en los que compiten hombres y mujeres juntos, generalmente en los que hay algún elemento externo, como las competencias de aviones, el hipismo, yatismo y automovilismo.

Aquí no hay diferencias, todos somos iguales y eso es parte de lo que me gusta”. Tras ganar la subida al Pikes Peak en 1985 con el Quattro, correría “con Peugeot en 1986 en el 205 (Turbo), que era un gran auto, pero cuando se prohibieron los Grupo B, decidí parar, ya era tiempo”.

Tras su retiro fundó la Carrera De Campeones (ROC) y en 2010 fue elegida primera presidenta de la Comisión de Mujer y Deporte Motor de la FIA, en donde actualmente “busca apoyar a las mujeres que quieren llegar a los niveles más altos del deporte. En cierta forma buscamos responder a la pregunta de por qué no ha habido más mujeres en el deporte motor y queremos atraerlas y apoyarlas en su lucha. Tenemos que establecer los cimientos para que las mujeres que vengan encuentren una forma de mejorar en un mundo que es considerado como de hombres. Ese es mi reto”.

Y ya sabemos que los retos la motivan, así que no duden que en pocos años encontremos mujeres en los niveles más altos.