toroRosso

La Scuderia Toro Rosso es la pequeña en todos sentidos, en Italia no puede competir con Ferrari, la uno en el corazón de los peninsulares y de gran parte de los aficionados del mundo; en el esquema de la compañía de bebidas energéticas es el equipo proveedor y probador de talentos, en el que se preparan los estrellas que en el futuro ascenderán a la hermana mayor, RBR: Pero eso no ha sido impedimento para que presenten año con año autos innovadores, con ayuda parcial de la tecnología que comparten con Red Bull Technologies, que emplea al genio Adrian Newey en la manufactura de los autos de RBR.
En Faenza han ido creciendo poco a poco, la antigua fábrica de Minardi ha sido renovada, se ha adquirido terreno para expandirla y se le ha dotado de la tecnología que muchas veces es redundante en Milton Keynes, pero que aquí es de punta. Y pese a estar un paso detrás en ciertas áreas respecto a su escuadra hermana, los resultados han sido excepcionales, y mejores en ciertos aspectos de la relación costo-beneficio, sin considerar los intangibles de lo que costaría entrenar a un piloto durante años para poder subirlo al equipo de primera línea que es RBR y las ventajas promocionales que se derivan de ellos.

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Toro Rosso tiene un nicho muy específico en el esquema de la F1 y de su compañía madre, pero cuando se aprecia el STR11 es evidente que la simplicidad muchas veces es la mejor arma para no perderse en la batalla de la puesta a punto. Sus lineas son esbeltas, y la trompa está bien detallada con las alas en cascada y sus separadores verticales de flujo, veletas curvas y el ducto S bien perfilados. Más atrás tiene separadores de flujo en la parte superior de los pontones, y la toma de aire se ha redondeado al estilo de la de su compañero de establo, el RB12. Atrás el auto ha ganado esbeltez por el uso del motor Ferrari que está mejor empacado que el Renault de 2015, además de ser más potente y tener mejor sonido. Ese propulsor podría ser la herramienta que faltaba para ir a pelear el quinto sitio en 2016.

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En suma un auto sencillo y confiable, ideal para dos pilotos que entre ellos tienen tantas carreras juntos como, digamos Esteban Gutiérrez, solo. Max y Carlos sorprendiendo en 2015, pero ahora empieza la parte difícil de su vida en la F1, batir decisivamente al coequipero para pensar en alinearse en RBR en el futro cercano, pues la fuente de la juventud de su academia de pilotos de clases inferiores empuja duro y trae talento nuevo permanentemente.