NO TODOS LOS FERRARI DE F1 SON ROJOS, 1964
Son Lorenzo Bandini, en un Ferrari 1512, y John Surtees, en un 158 Aero, en las Eses durante el III Gran Premio de México. Pero los autos no son rojos sino blancos con una franja azul longitudinal, los colores de competencia de Estados Unidos. La razón es sencilla: fueron inscritos por el North American Racing Team, de Luigi Chinetti, representante de Ferrari en América, pues don Enzo se había peleado con la Federación Italiana y prometió que sus autos no vestirían el rojo nunca más (enojo que duró hasta fines de ese año). Así, John se coronó de azul y blanco, aunque lo duden.
LOS CABALLEROS, EL DUQUE Y LA BELLA, 1964
El duque de Edinburgo –o príncipe Felipe como lo conocen algunos– vino a México a fines de 1964 y aprovechó para estar en el III GP de México, donde esperaba ver coronarse a algún súbdito suyo, Graham Hill, John Surtees o Jim Clark. Fue John, quien quedó segundo detrás del californiano Dan Gurney y se llevó la corona a Inglaterra. Felipe estuvo ahí para premiarlo y encontró que ni Surtees (der.) ni Gurney (saludando) ocupaban la parte más alta del podio pues ahí estaba la bella actriz Lorena Velázquez, madrina del evento, quien fue coronada por los caballerosos pilotos y admirada por todos.
NO ES LO MISMO VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA, 1967
Jim Clark era un hombre muy valiente, aunque él decía que no pensaba en el peligro de manejar un auto de Fórmula Uno a 300 kilómetros por hora en la recta del autódromo de México, pues era un acto natural para él. Tras ganar por tercera vez el GP de México, la fiesta de premiación de la carrera se dio en un cortijo en la ciudad de México, donde los pilotos fueron avisados que debían torear algunos novillos. Valiente, sí, pero tonto no, Clark decidió protegerse y se puso el casco a la hora de enfrentar al burel, que resultó ser de broma, pues era un simple burro con cornamenta atada.
EL PERRO INCÓMODO 1970
Entre los 100,000 invasores, que no aficionados al deporte motor, de la pista en el IX Gran Premio de México en 1970 había varios perros, de cuatro patas, pero uno en particular fue el que en las Eses atacaba a los autos de F1 tratando de atrapar uno, según le dictaba su instinto. Finalmente lo consiguió y como premio fue arrollado por el Tyrrell 001 del campeón reinante hasta ese día, Jackie Stewart, quien debió abandonar con la dirección del auto rota. Pero el perro quedó de alimento para los gusanos como muestra la foto de Hugo Karasawa, fotógrafo aficionado presente ese día.
RECORTAR PARA RECUPERAR 1972
El gobierno capitalino se propuso recuperar el GP de México en 1972. Se armó un proyecto para quitar la Ese del Lago, continuar la recta trasera y adelantar la Horquilla para hacer un trazado de 4.2 kms. El Prof. Carlos Jalife Elías, director de Promoción Deportiva del DDF, se opuso porque el espacio ganado lo quería la Delegación para viveros, y él argumentaba que o quedara como un trazo alterno o se construyeran canchas de tenis dado el furor que causaba Raúl Ramírez entonces. Usarlo para plantar árboles sentaba un precedente peligroso en contra de las instalaciones deportivas y su opinión prevaleció, pero el apoyo al plan desapareció.
EL GRAN PREMIO DE HELLMUND 1980-81
Cuando Héctor A. Rebaque (foto) incursionó en F1 en 1977, se buscó regresar a México al calendario internacional junto a la fecha de Long Beach. El promotor era Gustavo Hellmund –piloto y padre de Tavo, creador del GP en Austin y asesor en el mexicano– y la carrera fue incluida en el calendario tentativo para 1980 y 1981, pero las batallas entre FOCA y FISA lo marcaron pues Gustavo era muy amigo de Bernie Ecclestone, quien señalaba a México como uno de los sitios en que correría su campeonato alterno al de F1 si había un rompimiento. Al final, Hellmund trajo a CART como substituta en ambos años.
EL PASTEL DE SANBORNS 1990
Junio 23, Autódromo Hermanos Rodríguez, México DF. Ayrton Senna califica en México para el que será su centésimo GP de F1. Para festejarlo, el equipo McLaren comandado por su coordinador Jo Ramírez, ordena un pastel con letras alusivas al hito. Jo, nacido en México, conoce los comercios locales y encarga el pastel en una sucursal de la cadena Sanborns, para un producto espectacular de tamaño y calidad a buen precio, con amplias dosis de merengue. Ayrton no acabará la carrera pues voló una llanta a seis giros del final cuando trataba de completar la distancia sin cambiarlas.