Año tras año, las tres joyas de la llamada triple corona del automovilismo se enfrentan para pelear el trono del mundo automotor. 2012 fue particularmente emotivo con un choque que definió el resultado en la última vuelta al óvalo de Indiana, más una batalla de los 20 giros finales entre los cinco primeros autos en las calles de Montecarlo, además de la aparición de las nuevas tecnologías híbridas niponas y germanas en las rutas de La Sarthé. Nuestros expertos te presentan las crónicas de carrera, pero en la página 58 tú, amigo lector, decides quien se lleva la corona.

Franchitti gana bajo amarilla Indy 500
Sato se trompea al intentar el rebase por la punta en la última vuelta y deja el triunfo al escocés

La Indy 500 inició prácticas el viernes 4 de mayo y terminó el último domingo del mes con la victoria de Dario Franchitti, su tercera, y la primera de Ganassi y Honda en 2012, que habían sido barridos por Penske y Chevrolet 4-0 en las fechas iniciales.
Pero la historia no parecía que fuera a cambiar pues en la calificación del 20 de mayo nueve de los primeros 10 pilotos en la parrilla usaban el Chevy de doble turbo, entre ellos los tres de Penske –Briscoe en la PP, Power en quinto y Castroneves en sexto– y solamente Hinchliffe pudo colarse entre ellos. Entre los 33, por primera vez en casi una década había un mexicano, Michel Jourdain en el sitio 22, quien regresaba a la Indy 500 16 años después de su debut en la misma, cuando se convirtió en el piloto más joven en correrla en su momento.

Sin embargo Honda tenía las nuevas versiones de su motor de turbo sencillo listas y desde el Día de Carburación –llamado así desde que los autos usaban carburadores, aunque ya hace más de 30 que tienen inyección directa– anduvieron en ritmo por lo que no era improbable que dieran la sorpresa. Penske quizo cubrir sus apuestas y puso más ala en el auto de Power, que padeció para llegara a la velocidad tope de sus rivales, mientras Power, ganador de tres de las cuatro fechas 2012, y Helio –ganador de la otra– los igualaban en ese aspecto.

Al inicio Briscoe y Hinchcliffe –otro Chevy, pero del Andretti Autosport– se fueron al frente antes de que Marco Andretti hiciera sentir su presencia y pasara un largo rato liderando la prueba, tal como lo hicieron muchas veces su padre (Michael) y su abuelo (Mario). Los autos de Ganassi iban avanzando poco a poco, especialmente Dario, quien fue trompeado por el venezolano Viso en una de sus paradas en fosos y perdió mucho tiempo que recobró en la pista. La sabiduría popular de Indy dice que las primeras 250 millas son para ajustar el auto, las siguientes 125 para afinarlo a las condiciones y la carrera se gana en las últimas 125 (50 vueltas) y eso es lo que hacía Darío mientras los demás peleaban la punta.

Andretti no fue el único en liderar, pues Tony Kanaan otro de los favoritos previos a la carrera, mandaba a ratos y ambos vieron como sus rivales de Chevy se quedaban fuera cuando Mike Conway paró mal y se llevó a un par de mecánicos, uno de los cuales cayó sobre la trompa del auto y dañó el alerón delantero, sin darse cuenta. Cuando Conway retomó la pista se trompeó y fue a dar al barda, seguido por Power, quien no logró evitarlo. En el incidente salió volando una llanta que tocó al auto de Helio y lo desbalanceó para el resto de la jornada. Dos pájaros Penske de un tiro para Conway y ventaja para Honda.

Andretti volvió a tomar la punta, pero luego Dixon y el sorprendente Takuma Sato –coequipero de Jourdain en el Rahal– se mantuvieron al frente mientras la bandera verde ondeaba y los pilotos trataban de alargar sus paradas para esperar la providencial amarilla que nunca llegaba. Pero tras la última parada, a menos de 40 giros del final aprovechando que el auto de Newgarden se quedó en un costado del óvalo, Dixon y Franchitti se alternaron la punta, pero todos los perseguidores tenían combustible para llegar al final y no había táctica de ahorro posible . El pelotón se compactó y Ed Carpenter, de la familia dueña del óvalo mítico de Indianápolis, amenazaba desde el tercer sitio cuando se trompeó y provocó otra amarilla a 19 del final.

Dario lideró a Scott en la rearrancada, pero había otra docena de autos persiguiendo a la dupla de Ganassi y Kanaan tomó la punta en el giro 187, poco antes de que a Andretti le cayera la clásica suerte familiar: Marco se fue demasiado abajo en la Curva 1, tocó la línea blanca y chocó en la barda exterior, aunque luego culpó a Oriol Serviá de cerrarle el paso.

Con seis giros por correr se rearrancó la carrera y los de Ganassi y Sato mandaron a Tony al cuarto sitio. El nipón vio a los coequiperos intercambiarse la punta y finalmente pasó a Dixon en la corrida a la bandera blanca de la 199 y luego atacó en la Curva 1 a Franchitti. Éste no le dio ni un centímetro y lo apretó hacia abajo con lo que el nipón se trompeó y fue a dar a la barda mientras salían las amarillas y Dario completó así su tercera victoria en la clásica seguido por Dixon y Kanaan. Jourdain acabó 19 a una vuelta atrás y no mostró algo espectacular que haga esperar que retome su carrera en autos tipo Indy de tiempo completo.

GP Mónaco
Webber completa el -Six-

Desde la PP heredada Mark convierte al RB8 en el primer auto en repetir en 2012, entre protestas de ilegalidad

Mónaco es el único Gran Premio que inicia los jueves, sin actividad en las calles que forman el circuito de F1 el viernes por razones de logística y finanzas, pero la pista cambia mucho para el sábado y 2012 no fue la excepción, con la complicación adicional de la lluvia del jueves que impidió corridas largas para determinar la duración real de los neumáticos.

Lo que nadie esperaba era la velocidad que mostraron los Mercedes con un paquete que aligeraba el tren trasero y bajaba el centro de gravedad para ser menos duro con los neumáticos y que al final de la calificación los puso 1-3 con Schumacher obteniendo su PP 69, aunque la penalización por el choque con Senna en España lo haría arrancar desde el sexto sitio. Heredó su lugar Mark Webber, cuyo RB8 no estaba exento de controversia pues algunos equipos protestaban un hueco en el piso cerca de las ruedas que era, según su interpretación, ilegal, pero Charlie Whiting de la FIA lo aprobó.

Para Sergio Pérez no fue un buen día pues priemro sufrió un cerrón malintencionado de Pastor en la bajada rumbo a Portier –que le costó 10 sitios en la parrilla al sudamericano– y luego chocó en la Q1 por un aparente fallo de la dirección que pudo ser herencia del toque con el Williams o fatiga de la pieza o uso excesivo y demasiado frontal de los bordos de las curvas del trazado monegasco. El caso es que Sergio quedó eliminado y corrió a discreción de los comisarios como si fuera un Hispania.

El domingo las nubes empezaron a aparecer desde el Mediterráneo, presagio de lluvia, y la incertidumbre reinaba en la parrilla por la probable mala salida de Webber, que ha sufrido mucho en ese aspecto desde el año pasado. Pero Mark calló a los críticos y arrancó a la perfección y lideró en Ste. Devote aunque el clásico incidente involucró a Alonso, quien entró en un espacio frente a Grosjean y lo mandó hacia la izquierda, pero ahí ya estaba Schumacher y el galo tocó al germano y se trompeó frente al pelotón aunque todos lo evitaron excepto Kobayashi quien voló tras tocarse llanta con llanta y le dio un susto a Button pues casi le cae encima, pero el ingles tomó acción evasiva. El que ni se enteró fue Pastor quien frenó usando a Pedro de la Rosa de tope y eliminó a ambos.

Hubo un breve auto de seguridad, que se tardó en salir pues los autos encontraron el Lotus de Romain a media pista al cerrar el primer giro, y para la cuarta vuelta todos estaban de nuevo en verde. Con la incertidumbre acerca de la duración de las súper suaves, que deberían durar 26 giros para que teóricamente las suaves aguantaran el doble y la carrera se completara en una parada, nadie de los punteros apretaba para no destrozar las Pirelli.

Además los ingenieros les mandaban mensajes a sus pilotos acerca de la lluvia que venía en poco tiempo y les pedían que aguantaran otras cuantas vueltas para no tener que parar doblemente. Había varios duelos muy cerrados, pero pese al DRS los rebases son imposibles en Mónaco sin ayuda o error del de adelante y todos estaban corriendo un para de segundos abajo de su potencial para cuidar las llantas y a esa velocidad los pilotos de F1 no cometen errores: ergo, los trenes se formaron atrás de Hamilton y de Raikkonen y Button sufrió al intentar pasar a Kovalainen, quien se defendió como si tuviera un resentimiento contra McLaren y no cedió.

La lluvia no llegaba y Nico Rosberg se detuvo al final de la 27 para tratar de pasar a Webber con vueltas rápidas en llantas nuevas, pero para la 30 ya todos habían parado y nada cambió excepto que Alonso pasó a Hamilton con sus vueltas rápidas en aire fresco. Los que estaban ahora listos para beneficiarse eran los que habían salido con suaves, Vettel, Di Resta y Button, quienes aguantaron un poco más, pero igual la lluvia no arribó y aunque el campeón defensor sacó hasta 16 segundos a Webber, no llegó a los 21 necesarios para salir adelante y en la 46 se rindió y puso llantas nuevas dejando respirar a todos sus rivales que temían que su táctica de una corrida muy larga funcionara, aunque salió cuarto delante de Lewis.

Sergio había tenido un día azaroso sin mucho avance y cuando decidió entrar por llantas en la 34 casi se llevó a Kimi pues lo hizo desde el carril izquierdo como pesero buscando pasaje y eso hizo que Hulkenberg pasara al Lotus que frenó brutalmente para evitar al Sauber. Nigel Mansell y los otros comisarios no tomaron bien la acción del tapatío, quien fue mandado a una pasada por los fosos y luego salió endiablado parta imponer la mejor vuelta en carrera, pero se quedó sin puntos.

La lluvia llegó en el giro 65, pero apenas en la zona del casino y nadie quiso arriesgar a poner intermedias excepto Vergné, quien iba séptimo tras el retiro de Schumacher y solamente logró quedar 12 con su táctica. El tren de la punta iba Mark-Nico-Fernando-Sebastian-Lewis-Felipe y aunque circularon así un buen rato las cosas no cambiaron y llegó el sexto ganador distinto del año… y falta un trío de campeones por triunfar.

El E-tron quattro vence al Ultra
24 horas de Le Mans

En la batalla de los híbridos, Toyota lidera en la hora cinco, pero Audi aguanta hasta el final

Tras el sorpresivo retiro de Peugeot, la pelea por quitarle los honores en las 24 Horas de Le Mans a Audi quedó en manos de Toyota, que decidió sumarse con un prototipo –destinado a aparecer en 2013– híbrido en la categoría principal. Con pilotos de primer nivel como Alex Wurz y Anthony Davidson (ex-Peugeot) apoyados por Stefan Sarrazin, Kazuki Nakajima y Sebastian Buemi (todos ex F1) y Nicolás Lapierre, la marca japonesa pelearía las 24 Horas.

La calificación resultaría en ambos Audi e-tron quattro liderando los tiempos y Toyota se colocaba a un segundo de la PP tras dos sesiones de calificación (miércoles 13 y jueves 14 de junio por la noche). Audi sabía que la victoria estaba en sus manos, y que la competencia de un Toyota debutante no estaría al nivel con que Peugeot los presionó en años anteriores, además de la ventaja de tener cuatro R18 contra dos Toyota TS030. Sin embargo, la firma germana estaba consciente de la necesidad de terminar, así que el nivel de agresión de los pilotos con respecto a los de otras categoría menos rápidas se esperaba menor, para no repetir la experiencia de 2011 en que dos de los tres R18 salieron por contactos autos GT.

El sábado a las 3 de la tarde, desde el arranque el ritmo que impuso Audi le dio cierta ventaja sobre Toyota, pero no los dejaron tan atrás como se esperaba, sacando apenas 40 segundos en una hora y más peligroso, el Audi #1, con los ganadores de 2011, paraba un giro antes (11) que el resto (12) por la presión de mantener la punta a toda costa.

En las primeras horas sólo el Audi puntero no encontró problemas , pues el #2 tuvo una detención larga para remover restos de llanta que interferían con el movimiento de la suspensión, el Ultra #3 chocó al intentar pasar a un Porsche lento en la primera chicana y súbitamente los Toyota iban en segundo y tercero y al cumplirse cinco horas el #8 de Lapierre estaba pegado al #1 de Fassler y pudo pasarlo entablando un duelo brutal en el que se cortaban el aire y se atacaban recta a recta mientras sorteaban el tránsito.

Pero el #8 llegó a la curva Mulsanne rebasando al Ferrari de Perazzini, quien nunca miró en los espejos y le pegó atrás mandándolo a volar literalmente, eliminando ambos autos y haciendo salir al auto insignia (un Audi A1 quattro) mientras los oficiales reparaban el riel, por lo que Toyota lideró hasta que entraron a fosos a cambiar piloto y recarga.

La verde llegó con Nakajima en el Toyota y en la rearrancada al llegar a las Curvas Porsche peleando la punta se tocó con el Ala Delta experimental de Nissan y lo mandó a la barda, pero el Toyota paró a reparar carrocería y piso con lo que los R18 se escaparon. Y parta la hora 8 el Toyota tendría problemas de motor y ahí se acabó la amenaza para Audi, con dos tercios de carrera restante.

En la noche circularon cerca los R18 híbridos, seguidos por el turbodiesel #4 y cuando amanecía ya vino el segundo periodo de auto insignia por un choque de 911 en las Curvas Porsche. El #1 lideraba, pero Fassler lo trompeó sin daños y luego tocó a un Corvette en otro incidente que causó daños en la tapa del motor, pero fue reparado en su visita programada a los fosos, aunque eso le costó que el #2 lo alcanzara.

Pasada la noche los mexicanos iban en buenos lugares. Luis Díaz era quinto en LMP2 seguido por Ricardo González en sexto; Adrián Fernández en el Aston Martin iba segundo lugar de GTE Pro. El ‘Chapulín’ quedaría fuera por un error del dueño del equipo, quien se quedó sin radio y sin gasolina y Ricardo pasaría al quinto, mientras Mucke –coequipero de Adrián– se despistaría y caería al tercero.

La batalla entre los dos R18 híbridos se volvió feroz con Treluyer aguantando a McNish, aunque éste guardaba combustible para tratar de llegar al final sin una recarga cuando quedaran 10 minutos y lo seguía largos períodos. Pero finalmente en una detención de Benoit, Allan se despegó. Intentando pasar a un Porsche que se le cruzó, para no pegarle el escocés se despistó e impactó el muro. Salió el auto insignia de nuevo, pero el #2 perdió casi dos vueltas y cuando recuperó la pista se quitó una pero quedaban dos horas de carrera.

El #3 con Gené repitió el choque en la primera chicana y dejó cuarto a un prototipo de gasolina –de Heidfeld-Prost y Jani– mientras le reparaban los daños en el frente y la suspensión delantera por segunda vez. Con más de ocho vueltas de ventaja sobre sus más cercanos perseguidores, era tiempo para que los pilotos de Audi recibieran la orden de «traer los coches a casa» y bajaron el ritmo un poco, aunque con media hora de carrera el #2 ya estaba quitándose la vuelta de retraso y giraba 13 kilómetros detrás del #1 hasta que les ordenaron formarse para la llegada.

Entre los 20 LMP2 el HPD de Starworks manejado por el venezolano Potolicchio con Kimber-Smith y/ Dalziel se llevó los honores seguido por tres chasises franceses Oreca y el Zytek-Nissan de Ricardo González. En la GTE Pro Adrián cerró tercero detrás de dos Ferrari 458 siendo ganador el de AF Corse de Giancarlo Fisichella. En la GTE Am ganó el Corvette anclado al volante por Pedro Lamy, otro ex F1.

Para Andre Lotterer, Benoit Treluyer y Marcel Fassler fue su segundo triunfo consecutivo y Audi se llevó el podio completo y su undécima victoria, aunque la primera con tecnología hibrida y tracción en las cuatro ruedas.