UNOS NACEN Y OTROS MUEREN, PERO CUANDO NO HAY MUCHOS CUALQUIER CAMBIO ES NOTORIO, SEGÚN INDICA NUESTRO EDITOR INDUSTRIAL AL ANALIZAR LAS DOS FIRMAS MEXICANAS QUE EXISTEN EN EL SECTOR DE PRODUCCIÓN DE AUTOS

La industria automotriz mexicana, no la ensambladora o productora de autos de marcas extranjeras sino la productora de autos especializados en pequeña cantidad, sufrió la pérdida –esperamos que provisional– del que había sido su auto insignia desde hace unos años, el Mastretta MXT. Los creadores cedieron el control mayoritario de la compañía hace algunos años a un grupo de inversionistas que, aparentemente sin saber de autos decidió cómo usar el dinero recaudado y se lo quemó antes de poder cumplir los compromisos, incluyendo pedidos de unos 35 autos ya con depósito de encargo. Ello provocó que en junio pasado los financieros decidieran cerrar su compañía –asentada en las inmediaciones de Lerma, Estado de México– aunque el sitio de internet sigue activo, y la instalación está inmovilizada en lo que se resuelve qué se puede hacer, pero los creadores insisten que el proyecto es viable y
 se pueden cumplir los compromisos. Parecería darles la razón el anuncio hecho apenas en mayo (ver FASTmag #28) de una revisión para 2015, con un motor nuevo más poderoso y una serie monomarca como escaparate de venta.

Mientras el MXT acaparaba la atención, sigilosamente había salido al mercado en julio del año pasado el VUHL (Vehículo de Ultra-Alto desempeño y peso Ligero, por sus siglas en inglés), que fue presentado en Goodwood, diseñado y armado en México, aunque el chasis está hecho en Canadá y tiene partes de muchos países. Se ha hecho muy calladamente todo lo referente a este auto, desde la entrega de información hasta la prueba del modelo,
 que es un biplaza de competencia, pero
 legal para calle, incluso el modelo de 
volante a la derecha trae placas de demostración mexicanas.

124_Image_0001Pero aunque la gente los piensa similares, sus mercados son muy distintos. El MXT es un auto de 55 mil dólares, más o menos el rango de un Porsche Boxster, con prestaciones buenas, acabados decentes, con uso dual de calle y pista, pero alguna tecnología antigua como sus vidrios planos. El VUHL es un biplaza convertible de unos 85 mil dólares – que con el IVA y el ISAN se vuelve de 115 mil– que se tiene que usar con casco al ser convertible, y que es realmente un auto de competencia legalizado para calle, que tiene hasta una GoPro integrada entre los asientos para poder filmar el desempeño del piloto. Sus acabados son más finos, pero al ser un prototipo de pista para checar el aceite hay que quitar la tapa del motor y el cofre es de truco, puntos que serán solucionados para cuando salga a la venta los primeros ejemplares de calle con infinidad de ajustes en camino, como paneles de plástico inyectado en vez de los actuales de fibra de carbono del prototipo; de hecho falta una puesta a punto final definitiva que se efectuará en poco tiempo, aunque ya se toman órdenes de compra y se aceptan depósitos.

Definitivamente son mexicanos son deportivos, pero ahí acaba la similitud, pues aunque ambos usan un motor Ford las especificaciones de potencia son distintas y, por ello, difieren sus prestaciones. Una similitud entre ambos, el Mastretta MXT y el VUHL, es que son emanados de industrias familiares lideradas, al menos inicialmente hasta que llegan los inversionistas, por pares de hermanos: Daniel y Carlos Mastretta, por un lado, Guillermo e Iker Echeverría, por el otro.

125_Image_0001Ahora con el cese de operaciones de Mastretta, VUHL queda sola como representante mexicana en el concierto automotor internacional, pero esperamos algo grande e interesante al irse descubriendo más acerca del 05, pues un prototipo (o dos) no hace verano.

125_Image_0002