LEWIS HAMILTON

Lewis Hamilton fue elegido por McLaren cuando era un niñokartistas, y se le fue guiando y protegiendo en el camino hacia la F1, a donde llegó en 2001 tras haber sido campeón de GP2. Sorprendió con su debut ligando nueve podios de inicio de campaña (récord) y ganando en su sexta carrera en la categoría. Perdería el título por errores de novato, pero lo ganó en 2008 y siguió siendo parte de McLaren hasta 2012, cuando decidió firmar con Mercedes para irse como reemplazo del multicampeón Michael Schumacher al equipo de Brackley.

En su primera campaña fuera de la escuadra que lo había criado, terminó cuarto, pero mostró una evolución interesante para adaptar su estilo, que siempre había sido de un piloto de tres corridas de 100 kilómetros con recarga de combustible y cambio de llantas, un velocista nato, en vez de ser un piloto que contemplara la carrera como un todo, con estrategia real, no solamente salir a fondo todo el tiempo mientras el auto aguantara.

Su evolución en 2014 con el cambio de reglas, lo volvió más completo, pues aprendió a manejar tácticamente, y aunque perdió algo de su velocidad y fue batido por su coequipero en cuanto a PPs, terminó el año como campeón con 11 triunfos, de los 16 que logró su escuadra. La defensa de su título la inició con tres victorias en los primeros cinco intentos, más cuatro PPs y tres VRs, y al tener el mejor auto, con el mejor motor, parece encaminado a repetir su corona.

Lewis creció en un ambiente único, inglés, protegido, y cuando decidió salirse, hubo muchos que lo criticaron diciendo que era su decisión un error, pero el tiempo ha probado que no se equivocó y su visión, tras deshacerse de sus agentes, ha sido correcta. Sin embrago, dicen que no sólo hay que ser campeón sino parecerlo, y si en la pista ha madurado y mejorado hasta volverse un piloto más completo que el velocista que solía ser, fuera de la pista no parece ni remotamente piloto.

Sus intentos de diferenciarse con su cultura de rapero gringo, sus berrinches cuando pierde, su declinación a usar el número uno porque ya lo habían usado muchos y actos semejantes hacen que su popularidad sea inversamente proporcional al conocimiento de los aficionados: a mayor conocimiento, menos gusto por su estilo.

Todo lo que ha cambiado para bien en la pista, le falta cambiar fuera de ella para ser considerado un campeón grande, y no un mero volante que se encontró con un auto grande y le sacó provecho a falta de un coequipero bueno. La historia no perdona, por muy popular que seas en las redes sociales…