La batalla por el triunfo fue a muerte y Daniel Suárez se queda nuevamente a un pelito…

Si algo caracteriza a NASCAR México es el altísimo nivel de competencia, y la carrera en el óvalo queretano no fue la excepción. Sin lugar a dudas existen por lo menos 10 o 12 pilotos que pueden ganar: esta vez le tocó a Richards con lo que consiguió su décima victoria, pero Daniel Suárez vendió caro su segundo lugar y Rogelio López III demostró que tiene las manos y el colmillo para darle la batalla a quién le ponga enfrente.

La calificación se la llevó José Luis Ramírez, sin embargo, los punteros imprimieron un paso difícil de mantener y terminó cayendo hasta la sexta posición. Una agradable sorpresa fue el joven Irwin Vences que trae un nuevo patrocinador a NASCAR y que incluso punteó algunas vueltas, pero la experiencia de Rogelio terminó por imponerse y tras un buen agarrón con otro talento fresco como lo es Alex Capín, terminó en la cuarta posición y Alex cerró en quinto.

Con el triunfo de Richards, han sido tres diferentes ganadores en la temporada y eso habla muy bien de la serie: nada está escrito y todo puede pasar. Con este nivel de competencia, seguramente será la constancia la que premiará al campeón de la actual temporada, por lo que sumar puntos en todas las fechas será fundamental.

Esto lo saben pilotos de la experiencia de Toño Pérez, Jorge Goeters y otros que llevan ya varios años peleando por el campeonato. Para algunos, como Rubén Rovelo, es una temporada crucial ya que llegó el momento para demostrar que pueden (y deben) ser campeones. Asimismo, nada fácil la tiene el triunfador internacional ‘Chava’ Durán, quién tiene que llenar los zapatos (y el nomex) del tricampeón Germán Quiroga y las cosas simplemente no se le han dado y mientras más carreras pasen, mayor será la presión.

La pelea que se da en la pista es realmente salvaje y nadie afloja ni un centímetro: Los piques por posición se dan con igual intensidad en los primeros lugares como a mitad del pelotón. De hecho uno de los volantes comentó el domingo que prefería que lo corretearan los “Zetas” a traer a tanto tiburón detrás. Y la carrera fue bastante limpia, si tomamos en cuenta que en Querétaro el promedio de velocidad es muy superior a, por ejemplo, San Luis.

El espectáculo de manejo que ofrecieron Richards y Suárez por el triunfo en las últimas vueltas, levantó a los asistentes de sus asientos. Daniel intentó todo, pero Richards traía un gran auto y por más que intentó por todas las trayectorias de la pista, Suárez no pudo vencer a su rival. Fueron 166 vueltas de gran intensidad, con un calor infernal. En este sentido, vale la pena destacar el carrerón de Rogelio, quién avanzó de la posición 30 hasta el tercer lugar con paciencia, perseverancia, pero sobre todo, con mucho manejo.

Ahora el contingente llegará al Autódromo Hermanos Rodríguez para la segunda carrera nocturna de la NASCAR México (la primera fue en Tuxtla Gutiérrez), lo que seguramente será un reto interesante, ya que cambiará totalmente la puesta a punto de los autos, más viniendo de tres carreras donde el calor ha sido un factor determinante. Los ingenieros tendrán que aplicarse para leer las condiciones de la pista, por lo que estoy seguro que tendremos una competencia de manejo y mucha estrategia, que nuevamente nos dejará muy satisfechos, tras un buen banquete de un automovilismo de competitividad al 100%.