A Lewis Hamilton le inquietó un cambio de mecánicos entre su garaje y el de Nico Rosberg la temporada pasada, y tuvo que lidiar con falta de fiabilidad, que culminó con una falla de motor cuando lideraba el Gran Premio de Malasia.

Toto Wolff, jefe de Mercedes, recibió a Hamilton en la cocina de su casa de Oxford varias semanas después, lo cual fue crucial para despejar la tensión.

«Cuando las cosas se intensifican durante la temporada entre dos pilotos, a veces las cosas no se expresan y no se discuten», dijo Wolff. «Al final de la temporada es un buen momento para poner todo sobre la mesa, algunas de las frustraciones y temas sin discutir, y reflexionar sobre ellos, analizarlos y acordar o averiguar lo que sucedió realmente”.

Wolff admite que la plática señaló cosas que tanto él como Hamilton podrían haber hecho diferente en los últimos años, pero dice que esos momentos son de esperar cuando un equipo y un piloto luchan por campeonatos del mundo.